Un día como hoy pero hoy, el Gran Pasquín
Sojo-Republicano Argentino publica en le-tras-de-
mol-de
otra editorial más del banana de Julio
Blank, inaugurada por un titulo que aparentemente ha sido redactado por el mismo
loquito que inventó el
ya paradigmático "Algunos problemas de Argentina reducen el impacto de la crisis". Este mecanismo de la técnica periodística moderna -que en las salas de redacción republicanas ya es comúnmente referida bajo la denominación de "titulación paradójica, hija de puta y mala leche"- es repetido en la editorial aludida:
Massa toma riesgos: hablará de lo que el Gobierno no quiere hablar
Y el banana desvirga la página blanca con este primer párrafo:
Sergio Massa tomará hoy el mayor riesgo que pueda permitirse un ministro del kirchnerismo: hablará en público de lo que hasta ahora el Gobierno no habla, abrigando la vana ilusión de que la ausencia de palabras suponga de por sí la inexistencia de los hechos. La vergonzosa valija de Antonini Wilson y la inflación dibujada de Guillermo Moreno serán dos de los temas que el jefe de Gabinete abordará por propia voluntad, en su informe de hoy ante la Cámara de Diputados.
Las negritas son nuestras. Muy loco, porque la Constitución Nacional reza en su artículo 100 que:
El jefe de gabinete de ministros y los demás ministros secretarios cuyo número y competencia será establecida por una ley especial, tendrán a su cargo el despacho de los negocios de la Nación, y refrendarán y legalizarán los actos del Presidente por medio de su firma, sin cuyo requisito carecen de eficacia. Al jefe de gabinete de ministros, con responsabilidad política ante el Congreso de la Nación, le corresponde: 1. Ejercer la administración general del país. (...)
Las negritas son nuestras. Con lo cual, es evidente que si el Poder Ejecutivo se ejerce unipersonalmente, el Jefe de Gabinete -en función de su alta responsabilidad institucional- no puede sino actuar de acuerdo a los designios de la presidenta.
Lo que pasa es que para el banana,
Massa no es como
Cleto. Cuando
Massa va y habla en el Congreso de la inflación, la valija del gordo
transero de
Miami y la mar en
choche, lo hace como acto de rebeldía. No sólo ante Cristina, sino también ante el "presidente consorte".
En cambio, cuando
Cleto vota en contra del Ejecutivo (que es unipersonal, y que tiene desempate en el Congreso porque a nuestros "
forfathers" se les ocurrió que estaría bueno que el presidente -vía vice- pueda desempatar en el Congreso) no lo hace en función de su rebeldía, sino como gesto de "
institucionalidad".
Al banana se le escapa otra diferencia entre
Massa y
Cleto: ella a
Massa lo puede rajar en dos segundos; a
Cleto no, porque lo votamos nosotros.
Resulta ilógico que el banana pueda
pifiarle así, pero ojo al piojo, para la moto y baja el vidrio: no equivocar pifie con
intencionalidad. Porque el banana se permite ese título ilógico y tendencioso, y esa introducción absurda y vergonzosa (si, vergonzosa como la valija) pero después se cubre y aclara:
Es de suponer que la inédita toma de riesgo por parte de Massa cuenta con el aval político expreso de la Presidenta.
Y si, es de suponer... ¿no? ¿Y entonces? ¿Qué hacemos con el título
trucho y la introducción
berreta? ¿La publicamos igual? Pero esto no termina ahí, porque ya que empezamos con las suposiciones, sigamos. Y el sigue:
Pero no deja de ser pertinente preguntarse si el presidente consorte, Néstor Kirchner, comulga con esta idea(...)
Fuá...
re pertinente. Hay que preguntarse esas cuestiones. Son sumamente trascendentes. Y también:
Es procedente preguntarse, también, si la decisión de aceptar las preguntas de la oposición (...) reflejan un arranque personal de Massa, (...) o si se trata de la primera puesta en escena de un cambio de estilo tantas veces demandado.
¡¡¡Loco pero que incisivo que estás, banana!!! Todas tus preguntas son de una procedencia
re procedente. Porque saber la respuesta a ese enigma es tan procedente que si procedemos en el análisis sin saber si las respuestas a esas preguntas
re procedentes son verdaderamente procedentes para el análisis que procede a las respuestas a las preguntas procedentes, podemos derivar en el ejercicio improcedente de realizar un análisis poco procedente para una cuestión de suma procedencia social, que no debería se analizada sin antes preguntarse y responderse
procedentemente ciertas cuestiones altamente procedentes.
Blanck, además de banana, estas cada día más ladrón.