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30/6/08

Que digan lo que quieran

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Un día como hoy pero el jueves 26 de junio de 2008 no pasó absolutamente nada. Sin embargo al otro día algunos titularon "Apuñalaron a un joven frente a la "carpa verde", otros titularon "En un extraño episodio denuncian un puntazo en la carpa del campo".
Antes de que Clarín, La Nación, TN y todos los medios masivos de comunicación nos "informaran" gracias a la libertad de pensa que tanto reclaman, los mismos terratenientes, en la carpa de los terratenientes dijeron esto



¡Pero hay más! ¡¡¡La izquierda unida dijo esto!!!



Otro día peronista con libertad de prensa para todos.

Fuente e inspiración anarko peronista.

29/6/08

La Pequeña Lulú y el Manual del Buen Periodista

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Un día como hoy pero el 19 de junio de 2008, “La Pequeña Lulú" salta de alegría, chocha como una diva, porque el Matutino que no Defrauda cumplió en publicarle su profundo análisis al respecto de la realidad nacional. "Nadie hizo tanto por dividir el país", titula emocionada. Y con ese título, se aleja abruptamente de la objetividad y la verdad para empezar a mentir, ya "desde el llano". Lo peor de todo es que esta nota es la más comentada y enviada de La Nación en el último mes, con lo cual, sinceramente, mucha gente cree que ese título es verdad y vive su vida convencida de semejante falsedad.

Para que quede claro, Lulú se refiere a Cristina. Lulú dice que Nunca Nadie Hizo Tanto Por Dividir al País y se refiere a Cristina. Es decir, ella es La Que Más Hizo Por Dividir Al País. Y los lectores de La Nación encuentran esa afirmación tan razonable y cierta que la erigen como mejor pieza de información en el último mes.

Ya entrada en edad, Lulú hace gala de un dramatismo fifí que le resta seriedad pero que, como vocero de la derecha más reaccionaria, lo aproxima cada vez más a ocupar el sillón que deje Mariano. Pero a Lulú, que odia los actos de Cristina, le encantan los Actos de Bussi (si, con "ese" de tereSo), un tucumano conocido por su voluntad de unión, su patriotismo, su republicanismo y su parsimonia llena de amor y pacificiencia.

Cuestión que los Autores se sintieron inspirados en “La Pequeña Lulú” para -con el consabido odio, resentimiento, patoterismo y divisionismo típico de los peronistas- reflexionar sobre los medios de comunicación y su cada día más berreta cobertura de la realidad nacional y confeccionar este pequeño manual de conducta que pretende explicar qué significan para los señores periodistas algunas palabras y expresiones que para nosotros, los negros feos, malos y sucios significan otras cosas. Y acá va:

Manual Mediático para un Buen Periodista

(rompa el vidrio en caso de urgente necesidad de operar en favor de algún sector que esté en contra del kirchnerismo)

Consenso: Dícese de aquellas situaciones en las que, aún cuando al Gobierno le asista la razón y la legitimidad, deba ceder ante presiones de algún sector determinado de la economía. Nótese que consenso en este caso no será siquiera el término medio entre las dos posiciones, sino la aceptación y concesión lisa y llana ante las presiones ejercidas. El buen periodista utilizará frases como "el gobierno debería buscar el consenso o "es hora de que se consensúe una salida a la crisis".

D'Elía: Dícese de un tipo negro y feo que a “la gente” le cae mal. La palabra D'Elía hay que usarla cuantas veces sea posible. No importa su falta de relación con el contenido fáctico que se ofrece como noticia. No deje que la falta de conexidad lo detenga en el uso repetido y asfixiante de la palabra D'Elía. Si D'Elía no estaba en el acto, se deberá mencionar su ausencia, o que cumplió años, o que su madre cumplió años, pero nunca, bajo ninguna circunstancia, deje de usar la palabra D'Elía.

Ejercer presión: también puede expresarse como "apretar diputados" o "dañar las instituciones". Por ejemplo, las carpas de la militancia peronista son para ejercer presión. Un buen periodista nunca debe confundir la alusión al ejercicio de la presión con acciones tales como cortar rutas indefinidamente hasta desabastecer ciudades enteras. Es más peligroso para las instituciones y la república la instalación de seis carpas que amenazar a los diputados para que voten un proyecto contrario a los intereses de la gente que lo votó. Un ejemplo: cuando Néstor les dice a los diputados del partido que preside que no aflojen, eso es presión; también puede ser "autoritarismo", "verticalismo exacerbado" o "voluntad hegemónica". Un buen periodista no debe confundir el término ejercer presión con que el presidente de la Sociedad Rural diga que si no se vota en contra del gobierno se vuelve a las rutas. O cuando Buzzi propone ir a la casa de todos los legisladores para "charlar". En estos casos no hay atentado a la república porque estamos hablando de simples ciudadanos o gente que no hace “política” como lo peronistas. La gente rica, a lo sumo, reclama, protesta, se manifiesta, pero nunca ejerce presión ni hace política.

Escribanía: Una vez que el gobierno decide llevar el tema de las retenciones al Congreso, un buen periodista debe estar atento e improvisar algún análisis. Un buen mecanismo es desprestigiar a los diputados que votan en el recinto lo mismo que el partido al cual pertenecen. Un periodista groso es aquél que logra convencer a alguien de que la democracia se fortalece si un diputado vota al revés que su partido y lo que quieren sus propios votantes. Entonces, si la mayoría de diputados, producto de una mayoría electoral, vota cosas en beneficio de esas mayorías expresadas a través del voto, un periodista que quiera progresar en el mundo de hoy debe decir: el Congreso es una escribanía de la Casa Rosada. Un periodista más avezado aún puede llegar a convencer a alguien de que a un ciudadano le conviene, por la “salud de las instituciones”, votar lo contrario de lo que realmente quiere para que el partido al que realmente quiere votar no tenga tanta mayoría y transforme al Congreso en una escribanía.

Poroteo: un buen periodista, luego de haber reclamado que el conflicto del campo pase por el Congreso para que sea realmente debatido, debe estar un paso más adelante que los demás. Entonces, mientras se debate en la Comisión correspondiente, la noticia no debe ser qué se dijo, qué se contestó, en fin, el debate. Para un periodista en serio, la noticia es cómo consigue los votos el bloque mayoritario independientemente de lo que se debata sobre el tema en cuestión. El término poroteo es el correcto para que un periodista no pase por un gil que se come lo del debate cuando "la cosa pasa por otro lado". Ahora hay que convencer a los que sea posible de que el Gobierno dejó de gobernar para pasar a porotear durante quince días buscando votos entre los diputados que ganaron su banca apoyando la plataforma de Cristina Fernández. Sólo se hablará de la actividad del gobierno si se lo muestra preocupado, buscando votos, amedrentando a los “díscolos” y amenazando a los “descarriados”. El buen periodista se encargará de publicar todos los días la minoritaria lista de diputados que se “oponen” pero nunca la mayoría de los que “apoyan”. La veracidad y la credibilidad de la misma no hace a la buena labor de un periodista.

Acto piquetero: dícese de toda manifestación masiva a favor del gobierno. El sustantivo piquetero está determinado por la postura política en defensa de un gobierno popular recientemente elegido y no por una modalidad de protesta. Un periodista independiente sabe que la relación entre el término piquete y el corte de rutas es un “verso de los noventa”. Hoy en día, apoyar al gobierno en una disputa por la distribución de la riqueza es lo que determina la condición de piquetero, independientemente de que no se corten rutas o de pertenecer a un sindicato, o militar en alguna agrupación, o ser universitario, o intelectual, o simplemente estar de acuerdo. En cambio, todo acto en contra del gobierno es "espontáneo", de "ciudadanos" o "gente común", de "ruralistas", etc. El buen periodista no debe confundir a los piqueteros con la gente bien que hizo el piquete más largo y dañino de nuestra historia.

Guita: Un buen periodista debe saber diferenciar. A los terratenientes que reclaman apropiarse de la totalidad de la renta extraordinaria no los mueve un interés tan banal y superficial como obtener más plata. En cambio a los peronistas sí. A ellos les gusta la guita y nada más, por eso cobran cien pesos para ir a una marcha. Un periodista que se precie de serlo no necesita ninguna prueba para asegurar que todo aquel que se exprese a favor del Gobierno es porque cobra guita. Todo aquel que, por el contrario, se exprese a favor de la democracia, la república, el buen gusto, los valores ciudadanos y la civilidad en general -siempre que sea en defensa de algún grupo acomodado- está haciendo patria. Si hay carpas peronistas, el buen periodista se preguntará ¿de qué viven si están todo el día acá? Si hay carpas de terratenientes, el buen periodista especulará sobre el heroísmo de los que no le temen al frío ni a los piqueteros K. Asimismo, todo chorizo barato que se vea en un "acto piquetero" será razón de su nivel de convocatoria. Por el contrario, toda renta increíblemente extraordinaria que esté en juego y todo asadaso de corderito con todas las achuras posibles, inclusive mollejita, no tendrá relación alguna con la convocatoria de los actos de la gente de campo sino que será una "nota de color".

Adepto: Un buen periodista no concibe que alguien apoye al kirchnerismo por las políticas realizadas los últimos cuatro años y medio en los que creció la economía y el empleo en forma histórica y los índices sociales de todo tipo mejoraron en mayor o en menor medida. El buen periodista es desconfiado por naturaleza y supone que, aunque otra gente "apoye", "adhiera", "comulgue", "se identifique" con, por ejemplo Carrió, los kirchneristas son adeptos. Un buen periodista también debe manejar un número básico de sinónimos como "adláteres", "falangistas","tropa", "aparato", etcétera. (véase también Fuerzas de Choque)

Peronistas buenos: cuando un peronista vota como los menemistas, o un radical K opina lo mismo que un radical de derecha, o cualquier independiente kirchnerista de la Concertación relativiza, ya sea mínimamente, la posición del gobierno, debe dejárselo a un costado de cualquier ataque y en lo posible debe tener buena prensa. Todo "pejotista" adquiere inmediatamente la calidad de cruzado en contra de la hegemonía mala y fea del kirchnerismo apenas mencione un comentario del más mínimo contenido crítico. A un buen periodista no le importa su pasado, el conflicto requiere de una visión de presente constante, el único pasado que se analiza es el de quienes estén a favor del gobierno. Entran en esa categoría: Menem, Duhalde, De la Sota, Solá, Rodríguez Saá, etc.

Fuerzas de Choque del Kirchnerismo: Esta es fundamental. Las fuerzas de choque del kirchnerismo son, en general, todo grupo abultado de peronistas. Un periodista debe saber que los peronistas, en lugar de juntarse para ejercer un derecho cívico, se reúnen para prepotear a la sociedad. También son fuerzas de choque algunos individuos sueltos como D'Elía -aún cuando su pecado más grande haya sido darle un sopapo a un tipo que le venía gritando “negro mercenario” a lo largo de 300 metros-, Bonafini -aún cuando sea sólo una señora muy entrada en edad- y Moreno –aún cuando defiende a los consumidores y se pelea con los empresarios para que no aumenten los precios-.

20/6/08

Un Giordano peronista

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Un día como hoy pero de 1820, a las 7 de la mañana, muere Manuel Belgrano. De todas las cosas que hizo a lo largo de su vida, morirse debe haber sido de las peores pero la más recordada.
Cuando se habla de Belgrano se dice habitualmente que es uno de los “padres de la patria” porque fue el “creador de la bandera” como si lo trascendente para la patria fuera la elección de dos colores entre tantos otros y una cierta distribución de ellos sobre un trapo de tela ¡Qué buen gusto tenía Belgrano!, ¡no sabés qué linda quedó con un solcito sonriente en el medio! Es como el Giordano de los próceres.
Lo que no se dirá de él es que la bandera la hizo pensando en diferenciarse de nuestro enemigo en las batallas por la liberación.
Muchos de los que estaban conformes con ser colonia y venían haciendo grandes negocios con España le pedían a Belgrano por esos días que dialogue con los realistas, que no confronte tanto porque su imagen de abogado, economista y periodista venía decayendo en las encuestas.
Ante tanta presión, Belgrano bien pudo acordar con los realistas una independencia consensuada y no tener que andar peleando en tanta guerra que son tan largas y cansadoras, ¿vió?
Sin embargo, un día como hoy pero el 27 de febrero de 1812, ante sus hombres formaditos uno al lado del otro, les presentó la celeste y blanca y les dijo con tono severo y crispado:

"Juremos vencer a los enemigos interiores y exteriores y la América del Sur será el templo de la Independencia y de la Libertad".
Otro día peronista con tono crispado y con un solazo en el cielo.

16/6/08

El miércoles nos vemos en la plaza

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Un día como hoy pero hace 53 años aviones de la marina argentina tiran bombas y disparan artillería pesada sobre la Plaza de Mayo y matan a 400 argentinos a los que, supuestamente, debían defender de ataques extranjeros. Un colectivo con 80 chicos de Santiago del Estero -que habían venido desde su provincia para conocer al Presidente de la Nación- fue carbonizado. El acontecimiento es de una brutalidad tal que el conteo de muertes iguala a la mitad de los caídos en Malvinas pero ante la siguiente sutíl diferencia: una masacre fue en el marco de una guerra internacional contra un ejército extranjero y la otra fue en el marco de un Gobierno democrático y ante el ataque de una fuerza militar sediciosa que ejerció poder fuego contra la población civil de su propio país. Habiendo cumplido con la efemérides del día, Los Autores se encaminan a una reflexión.

Para nosotros, los peronistas, es una fecha triste. No lo es para todos ya que la estructura cultural argentina ha sido vehemente en oscurecer la trascendencia de semejante acontecimiento histórico, de una crueldad y cobardía sin precedentes hasta esa fecha. El blanco era el General Perón pero los muertos fueron ciudadanos argentinos, del color que hayan sido.

Su significancia histórica es de una brutal importancia para el movimiento: el peronismo se desvirga de su inocencia política ya que miden a primera vista la absoluta falta de límites de su oposición. El peronismo se da cuenta, ahí, que la vida de los argentinos (no ya la voluntad popular, no ya los votos, no ya la democracia) es un valor dispensable para ciertos sectores del poder local. El bombardeo, con toda su crueldad y toda su locura, tampoco ha sido el límite, sino el anuncio de una serie de golpes que se darían en contra del país y su gente a lo largo de décadas: a partir de ese día, el poder no ha tenido ningún tipo de concesión a la hora de desatar toda su violencia en contra de la población.

Con el tiempo, algo se ha aprendido y hoy esas cosas parecen muy lejanas. Por supuesto, también está lejano el nivel de conquista social al que había llegado el pueblo en aquellos días trágicos del país. Los Autores reflexionan que, si este "Conflicto con el campo" es la Reacción a 4 puntos de retenciones, la Reacción a las conquistas nacionales y sociales de la década del ´50 no pudo ser menor a un bombardeo contra la población.

Los Autores la van de viejos militantes del peronismo, aunque es claro que se han construído una fachada lírica a los efectos de expresar ciertas ideas con algún grado de humor. Lo cierto es que son pibes relativamente jóvenes, militantes de fines de los noventa, nacidos en los ochenta y que han mamado del pensamiento nacional, un poco como aventura, un poco por rebeldía (leer Jauretche en el ´99 era equiparable a decir que la tierra era redonda en pleno Siglo XVI), otro poco por convicción.

En esos libros, en esos textos, en ese mar que es la cultura nacional y popular, grandes hombres han escrito sobre la Reacción, sobre las clases medias de los centros urbanos, sobre la manera en que la estructura cultural opera sobre ciertos sectores de la población para que estos defiendan a otros sectores cuyos intereses son opuestos a los propios.

Aún comulgando con esas ideas, siempre se leyó con alguna íntima incredulidad de que fuera tan absolutamente así, de que fuera tan completamente cierto que la irracionalidad pueda ganar tanto terreno sobre la política. El revisionismo histórico siempre hizo gala de su absoluta parcialidad como herramienta para combatir la absoluta parcialidad de la estructura cultural, con lo cual, siempre han dejado lugar a la duda de que la pluma que usaban a veces tenía rienda suelta para compensar. Los Autores, justamente hoy a la noche, vieron en carne viva lo que habían leído y concluyeron que era "de manual".

El miércoles nos vemos en la plaza.

8/6/08

Repercusión

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Un día como hoy pero los últimos siete días, hemos sido asombrados testigos de las repercusiones que tuvo "Suponéte". Nos han llegado noticias de que fue publicado en numerosos blogs, algún que otro diario del interior, e incluso leído en Radio Nacional y Radio Cooperativa. Un Día Peronista tuvo el agrado de recibir miles y miles de visitas en la última semana. Los Autores, sorprendidos por las repercusiones, no están a la altura de las circunstancias: atraviesan un "blog out" o bloqueo de escritor, quizás por miedo a deschavar lo que bien pudo haber sido un golpe de suerte. Afortunadamente, y luego de días de angustiante desesperación, un nuevo comentario nos da la excusa perfecta para volver al ruedo: el mismísimo Juan Domingo, desde el Comando Superior Celestial, se hizo eco de este pasquín argentino y peronista y nos envía estas palabras. Citamos el comentario que nos dejó acá:

Mis queridos compañeros:

Muy lindo el Suponéte, aunque un poco largo. Comprenderán que aquí en el paraíso existe cierto grado de suceptibilidad al respecto de los consoladores y otros artefactos del mismo tenor, pero igualmente me las ingenié para reenviarlo a los tantos peronistas del movimiento que comparten conmigo este pasar.


En otro orden de cosas, les mando este video con mis palabras, para que las hagan circular entre las masas.

Debo agradecer a la pericia técnica del Compañero Walsh, que se mantiene actualizado en todo lo referente a comunicación alternativa de alta tecnología, pues me permitió evitar tener que recurrir al esoterimo berreta de ese brujo que lo tengo como mosca.
Un fuerte abrazo,

Bill de Caledonia (JDP)