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26/5/08

Un elemento festivo en un país felíz

Un día como hoy pero hoy, La Pequeña Lulú, una de las víctimas más golpeadas por la terrible opresión kirchnerista hacia la libertad de prensa, se las rebusca y desde la clandestinidad y corriendo un tremendo riesgo para su seguridad personal escribe en La Nación -y seguramente mañana comentará en su programa de tele, si es que no lo censuran violentamente- una editorial recontra objetiva (porque a él no le pagan millones como a los pobres que prefieren seguir siendo pobres aunque les paguen millones para ir a los actos). En la nota se dedica a "preparar al país" para otro paro del campo. No vaya a ser que la gente se piense que el desabastecimento de alimentos es culpa de los que desabastecen de alimentos y no de los que no les dejan ganar millones a los que desabastecen de alimentos.
Entonces, antes se enojaba porque el gobierno criticaba la ambición de los productores y terrateniente y ahora se enoja porque no los critica. La crítica es mala, la no crítica es indiferencia; ¡ay, mucho peor!. Y ahí nomás tira: "Esa indiferencia podría estar anunciando la política de las próximas horas: cumplir vacíos rituales de diálogo para no resolver nada. Si ése es el proyecto oficial, entonces el país debe prepararse para una nueva ronda de paros y protestas rurales. Tras la decepción del jueves, cuando la reunión del Gobierno con las cuatro entidades se diluyó y hasta estuvo desprovista de un final formal, los productores del interior están más cerca del paro que de cualquier política consensual".
Ahora, cuando la presidenta recientemente elegida por el 46% de los argentinos (pobres y que cobran millones para ir a los actos y seguir siendo pobres) hace un discurso sin "crispación", para Lulú, eso es un evidente signo de desesperación. Se juega la vida y se anima a escribir en plena dictadura: "
Eso define también un futuro sombrío. El gobierno de los Kirchner está mostrando signos de desesperación porque otros le están sacando el liderazgo de amplios sectores sociales y, para peor, están en condiciones de convocar a actos cuya magnitud no se puede comparar con ninguna concentración que haya hecho el kirchnerismo".
Para Lulú, hay actos que ni siquiera se pueden comparar con otros. Cómo vas a comparar a la gente tan blanquita que se manifestó civilizadamente en Rosario con los pobres que cobran millones para seguir siendo pobres en un lugar tan lejos como Salta. ¡Eso es casi Bolivia!
Tampoco se pueden comparar las encuestas. Ahí nomás desafía al muy jodido Observatorio de Medios y dice: "Esa desesperación no sólo tiene que ver con los actos, sino también con las encuestas, el brebaje diario e indispensable de los Kirchner en los cinco años recientes. Sin embargo, están dispuestos a hacer con las encuestas lo que ya hicieron con el Indec: matarles la credibilidad con dosis enormes de manipulación y confusión". ¿Brebaje diario? ¿Y eso cómo se toma?
Sigue: "¿Es posible que en el mismo momento algunas encuestas le otorguen a la Presidenta el 26 por ciento de aceptación popular y otras eleven ese número hasta más del 60 por ciento? O los encuestadores hicieron mediciones en sociedades diferentes o hay en algunos de ellos una carencia notable de honestidad personal e intelectual". Unas encuestas otorgan, las otras elevan. Obvio: si no se puede comparar el acto de Rosario con la runflada de Salta, tampoco se pueden comparar las encuestas hechas en Rosario con las otras.
La Pequeña Lulú bien sabe que a la gente bien no le gusta hablar de plata, eso queda mal. Por eso, el acto en Rosario se hizo sólo, el amor a la Patria y la escarapela invitan. En cambio, con el acto cerca de Bolivia "Conviene preguntarse entonces para qué se montó el escenario de Salta. ¿Para qué se gastaron fortunas en traslados de personas, en vituallas y en compensaciones? ¿Para qué obligaron a los gobernadores a abandonar sus provincias en un día donde los actos patrios se realizan en todas las capitales del país? La liturgia del peronismo no resolverá nunca nada y sólo podría explicarse como un elemento festivo en un país feliz".
¡Apa! Listo, mejor lo cortamos ahí. Censuremos a Lulú porque después dice cosas malas, opositoras. Nos quedamos con la última frase: "La liturgia peronista sólo podría explicarse como un elemento festivo en un país feliz". ¡Un poeta!
Qué lindo cuando los gorilas cumplen su mejor función: la de peronistas que hacen de gorilas. Aunque a veces discriminan, che...
Tomatelá, Juaco...

6 comentarios /:

Faco dijo...

No me extrañaría que algún velludo y ocurrent gorila dijera que el acto de Rosario se hizo con la plata del campo y el acto en Salta también. Porque claro, los pobres no aportamos un 21% de IVA por cada litro de leche, ni les financiamos el dolar a $3 y algo a ellos. Para nada, todos parásitos somos.

¿Joaco alguna vez intentó ser peronista? Me la perdí esa...

Gerardo Fernández dijo...

crece el clima destituyente:

http://tirandoalmedio.blogspot.com/2008/05/guarda-con-el-clima-destituyente.html

pie de página dijo...

Coincido. La cosa está muy complicada para los defensores de la libertad de expresión; es decir, para quienes defienden la libertad de "Clarín", "La Nación" & Co. para expresarse y confrontar con (y desgastar a) el gobierno elegido por el Pueblo, con más de ocho millones de votos, ayer nomás. Sucede que, como bien se ha dicho, viven en la clandestinidad, a menudo al borde de una cama solar y una heladera bien nutrida. Después, se hacen un rato para llegarse a Rosario y manifestarse en defensa de la lucha de "el campo" por otra distribucion de la riqueza, todavía más injusta.
Muy bueno el blog.

Juan dijo...

Uds. no entienden muchachos, definitivamente no entienden!!1

Joaquín NOS defiende a todos!!!!!! Defiende la libertad de expresión y las libertad a secas!!!!!

Defiende la igualdad ante la ley: esa igualdad que prohíbe tanto a ricos como a pobres dormir bajo un puente.

Uds. no entienden nada!!!!!!!

Salu2

Fuerza Joquín, no le afloje que con suerte hay otro golpe y vuevle Bussi.

Anónimo dijo...

#%?¿#

Anónimo dijo...

Te dejo una joyita de Joaco, que no sé si conocés (supongo que sí)

La Argentina ha cambiado. Desde hace 72 horas, una gran mística unió a los argentinos en un grito de alegría y fervor (…). En lo que es interno, puede decirse que los argentinos tuvieron la oportunidad de ver al presidente Videla en su primera experiencia multitudinaria. Improvisó un breve discurso que siguió la línea conciliadora y pacifista habitual en el primer mandatario

(Joaco, 1978, en Clarín)

Linda joyita, Joaco. Defendiendo genocídas y todo.