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21/8/08

Guots ap Broda?

Un día como hoy pero hace un ratito el compañero Diego F. pública en su pasquín esta linda notita/reflexión al respecto de los "infamestraidoresalapatria" a los que las empresas periodísticas, en tanto socias mayoritarias de estos muchachos, siguen encumbrando en sus páginas. Los Autores no pueden estar más de acuerdo y para demostrarlo, transcriben lo que en otro pasquín de otros lares escribieron hace ya 3 años -antes de que este blog existiera- al respecto de otro economista que por esos días resucitaba.

Deuda externa y esquizofrenia
La negociación de la deuda externa genera inquietud en la población y verborragia en los técnicos y gurúes. En esta edición, un análisis sobre los "análisis" que hacen algunos opinólogos profesionales sobre la deuda.

Es normal que un Ministro japonés defienda los intereses japoneses. También es normal que un periodista italiano defienda los intereses italianos. Normal es, además, que un mecánico alemán defienda los intereses alemanes ¿Por qué, entonces, no nos asombra que un economista argentino defienda los intereses alemanes, italianos o japoneses por sobre los nuestros? Parece ser que existe un curioso trastorno de la identidad, que sufren algunos argentinos, cuyas consecuencias estamos empezando a conocer.

Vemos en los medios, día a día, a periodistas, economistas, columnistas, analistas, técnicos, expertos, opinólogos, gurúes, asesores, futurólogos, agitadores, mandarines, tarotistas, vedettes, paparazzis, etcétera, que advierten, moralizan, se indignan, pronostican, auguran, explican, asustan, se asustan y hasta profetizan sobre las macabras implicaciones que la actual negociación de la deuda externa podría tener sobre la vida de todos los argentinos. Es moneda corriente oír hablar de la “inquietud de los mercados”, de las repercusiones en la “comunidad internacional”, de que nos “aislamos” del mundo, etc. Pero al detenernos por un momento ante estas expresiones nos preguntamos qué es lo que realmente significan. Veamos un ejemplo: Miguel Angel Broda (alto profesional con trastornos de identidad) escribió recientemente en La Nación que “…las señales de la comunidad internacional en los últimos cinco días fueron contundentes: los pasos dados por el gobierno argentino son insuficientes y es necesario mejorar la oferta de reestructuración de deuda. Así lo reflejaron las palabras de Aznar: <>. No hay futuro económico al margen de los sistemas financieros internacionales. No habrá salvamento ni horizonte alguno si rompe relaciones con el FMI…". Esta frase concentra en siete renglones los síntomas de esta patología a la que los argentinos nos vemos expuestos. Veamos:

!Broda logra la asombrosa tarea de reducir las señales de la “comunidad internacional” a las declaraciones de un sólo Jefe de Estado (así empieza a manifestarse la patología). No sólo comete ese exabrupto, sino que, si nos olvidáramos por un rato de que Aznar es español y defiende los intereses españoles, podríamos entender que lo que nos está sugiriendo es que hagamos lo mismo que el mecánico alemán: defender nuestros intereses. Pero esto no es así. Lo que en realidad Broda nos quiere hacer creer, por medio de Aznar, es que los españoles ya nos hicieron el “favor” de comprarnos bonos a una tasa de interés asombrosa e irrazonablemente rentable, y ahora pagarles esos bonos extorsivos le “conviene” a la Argentina. Como el tipo que se engrampa a la jermu de su amigo y después le dice “agradecéme porque si no fuese por mí no hubieses sabido lo p…… que era.”

!Porque ahora falta que “Argentina se ayude a sí misma”, pero no a nosotros mismos. Para Broda, Aznar y los otros siete-G, la Argentina es una idea abstracta, poética y surrealista, pero no treinta millones de personas de los cuales la mitad se encuentra bajo la línea de pobreza.

!Y por supuesto, Broda advierte que si “Argentina no se ayuda” no habrá “futuro económico”, “salvamento ni horizonte alguno”. El famoso “nos aislamos del mundo” y otras tantas y tenebrosas consecuencias que también nos decían que ocurrirían cuando el riesgo país llegara a 500. Hoy está en 6532 millones y el sol sigue saliendo por el Este y poniéndose por el Oeste. Guot´s ap Broda?

Pero esta es una de las tantas formas en la que se manifiesta esta patología de la identidad que hace que los argentinos nos sintamos como mecánicos alemanes. También, además de gurúes catastróficos, hay opinólogos que se indignan en su falsa moral y analistas que defienden legalismos parciales.

Veamos a los primeros. A estos les encanta repetir que la Argentina “debe cumplir con su palabra” y “honrar sus compromisos” independientemente de cómo y a beneficio de quién hayan sido contraídos. No les importan las irregularidades, la corrupción, los manejos y la negligencia deliberada latentes en todos los procesos de endeudamiento argentino. Sólo reducen el problema de la deuda a una cuestión de honor, que debe ser saldada aún con el hambre y la miseria de millones de personas.

Los segundos, que nos atañen más, sostienen una postura que llega a la misma conclusión pero utilizando algunos principios jurídicos y, naturalmente, obviando otros. Así, reemplazan los argumentos morales por argumentos legales, y reclaman que el Estado debe mantenerse dentro del Imperio de la Ley. Obvian el hecho de que gran parte de nuestra deuda se contrajo ilegalmente. Obvian que el proceso de endeudamiento argentino comenzó con la última dictadura militar, un gobierno que, sin dudas, estaba muy por fuera del Imperio de la Ley. Obvian también que la estatización de la deuda privada de ciertas empresas fue acordada entre éstas y el gobierno de turno a costa del futuro de nuestras generaciones. Obvian además los intereses usureros bajo los que se expidieron grandes porciones de deuda. Obvian que la mayoría de la deuda la contrajo el Poder Ejecutivo y no el Congreso de la Nación, verdadero poder facultado por nuestra Constitución Nacional para su arreglo. Obvian que un Juez Federal (ver causa Olmos) declaró ilegítima gran parte de ésta. Entonces, debemos avisarles a estos analistas que el Imperio de la Ley es importante, pero no desde hoy, sino desde siempre. Y que los acreedores son acreedores siempre y cuando no hayan orquestado un fraude. Y que los deudores son deudores en tanto y en cuanto no hayan sido embaucados por sus malos gobiernos.

Está lleno de opinólogos con esquizofrenia. Nos bombardean día y noche con ideas, “hechos”, informaciones, rumores, tendencias, índices, indicadores. Tenemos que tener en cuenta que detrás de cada uno de ellos hay una patología que se llama billetera y un prestigio avalado por un interés que los hace comportarse como un periodista italiano o un pastor alemán. Es entonces nuestra labor intentar descubrirlos y desentrañar lo que “analizan”, y generar desde la Universidad un discurso jurídico nuevo, no en base a lo que nos dicen sino en base a lo que pensamos, aplicando el sentido común. Porque el derecho se tiene que adecuar a los procesos sociales y no al vesre. No Banquemos Injusticias.

SUBNOTA: OTRO ESQUIZOFRENICO
José María Dagnino Pastore
Este hombre, quien fuera usurpador de cargos públicos en al menos dos oportunidades (fue Ministro de Economía de la Nación de facto en los años 1969, 1970 y 1982) durante las dos dictaduras más sangrientas que sufrió nuestro pueblo, es hoy flamante director del posgrado “Derecho y Economía” dictado en nuestra alta casa de estudios. Máximo exponente de la esquizofrenia a la que aludimos, José María Dagnino Pastore ha sabido iniciarnos en lo que hoy llamamos “deuda externa”, habiendo sido pionero en la materia. Fue, al mismo tiempo, parte de un estado terrorista y padre de nuestra bancarrota: enseña, paradójicamente, “Derecho” y “Economía”.

Lo increíble es que la misma Facultad que propicia (a través de su decano Alterini) que “el Poder Ejecutivo arbitre los medios necesarios a fin de requerir urgentemente una opinión consultiva de la Corte Internacional de Justicia sobre la legitimidad de la deuda externa argentina a la luz de los principios generales del derecho y de la vigencia de los derechos humanos” , consagra como profesor a uno de los principales responsables individualizados de la misma (debe mencionarse que Dagnino Pastore, mientras era Ministro de Economía en 1982, arregló la estatización de la deuda externa privada junto al entonces Presidente del BCRA, Domingo Cavallo).

Dagnino se convirtió luego en uno de esos figurones que, como venimos diciendo, pululan por los diarios y las facultades augurando futuros que, por lo general, jamás se concretan. No sólo esto, sino que brindan soluciones que luego son en realidad causas de profundas recesiones. Así, allá por año 97 Dagnino Pastore afirmaba en el Diario Ámbito Financiero que “...como primera conclusión quiero decir que (la crisis) no será como la del '30. Hoy los recursos que existen son enormes y fundamentalmente existe el conocimiento sobre cómo enfrentar la situación.” He aquí la primera predicción errónea. Pero sobre el fracaso de las recetas del FMI sostiene que “…es cierto que en algunos puntos no fue exitoso, fundamentalmente porque no garantizó el buen uso de los fondos que otorgó. Otro error, el infantilismo de vender en todo el mundo la receta económica del sudeste asiático. Pero creo que no es cuestión de eliminar al FMI sino de apuntalarlo y darle más dinero y fundamentalmente que no trabaje a partir de las modas.” La frase, leída hoy, parece un chiste. Dagnino nos dice que es cierto que el FMI no nos sirve pero que le tenemos que dar “más plata”. El razonamiento no resiste el más mínimo análisis y nos enfrenta a la siguiente disyuntiva: o somos muy giles y no entendemos nada, o Dagnino simplemente nos esta tomando el pelo.

12 comentarios /:

Anónimo dijo...

EL ALQUIMISTA Y LOS PENETRADOS
Reflexiones de un albañil peronista metido en sus altos años a estudiante de filosofía, ante otras infames mentiras que mamertos, contreras, lechuguinos y tilingas universitarias repiten como verdad revelada.

Pensamientos eólicos

Noche lluviosa, fría y desapacible sobre los suburbios del septentrión rosarino, lugar donde quien esto escribe habita. Quien esto escribe…este albañil metido en sus altos años a estudiante de filosofía, en la inhóspita noche vuelve a ser en el acogedor interior de la sólida, sencilla y confortable vivienda construida por sus propias manos, el albañil de toda la vida. Con esos ojos mira, compara, coteja. Sus pensamientos vuelan al compás del viento que ulula entre las frondas del barrio querendón camino a la nada del río cercano.

No siempre el pensamiento puede volar cuando el viento arrecia de esa forma. En los ranchos o en las casillas de chapa y cartón, en esas circunstancias el pensamiento suele detenerse cuando el ser humano que es portador del mismo antes que pensar, actúa movido por el miedo y la premura para que Eolo no tire abajo las míseras paredes donde vegeta.

Sin desconocer que como deuda pendiente y llaga abierta en nuestra conciencia nacional, cientos de miles de desarrapados siguen sufriendo en sus inhumanos asentamientos los caprichos de la naturaleza, hay sin embargo un antes y un después en esta cuestión. Mal que le pese a la antipatria, otra Patria fue posible a partir de la providencial aparición del General Juan Domingo Perón.

Seis décadas han transcurrido entre ese antes y ese después. Ese antes de millones de argentinos condenados a vivir como mendigos en la tierra de todas las riquezas. A vegetar en ranchos inmundos y sórdidos cuartos de inquilinato, muchos de estos situados por cruel paradoja en las cercanías de los palacetes de la oligarquía y de los sólidos edificios de rentas de la clase media. Esa cercanía permitía que a veces en los públicos espacios comunes (la vereda, la calle, la plaza) un pibe de conventillo compartiera esporádicamente lúdicas sociabilidades con algún “niño”. La tilinguería universitaria ve en estos encuentros un modelo de ascenso e integración social previo a lo que públicamente nominan y periodizan como “el Primer Peronismo” (aunque en privado derraman sus babas de odio llamándolo como siempre lo han hecho estos zopencos del rencor: “ la Segunda Tiranía ”). Olvidan ex profeso algo que el más simple de los testigos de la época, si no tenía estas anteojeras mentales percibía: que tras el juego compartido, el “niño” retornaba a la confortabilidad de su hogar, mientras que el pibe volvía a la sordidez del hacinamiento. En algunos casos a la promiscuidad, en otros (los más afortunadamente) al cariño filial, pero en todos los casos volvía a la miseria y al hambre. Los vates del tango dejaron testimonio de esos dramas:

…Yo sé lo que es sentirse en una Nochebuena,

teniendo por regalo un solo cacho 'e pan,

sabiendo que los otros, cruzando la vereda,

dejaban sus juguetes allí, en medio del zaguán.

Yo sé lo que es sentirse besado tiernamente

por una pobre madre que no me pudo dar

ni el más humilde y pobre de todos los juguetes…

¡Cuantas memas abobadas de corto intelecto y anchas cinturas que pululan impertérritas por nuestras facultades de inhumanidades deberían curarse en salud analizando El bazar de los juguetes o Accuaforte para comprender el drama social que vivía la Argentina anterior al peronismo! Pero es un deseo inútil. No lo harán, porque si lo hicieran comenzarían a entender la bendición que para nuestra tierra fue la concreción del deseo expresado en su momento por Martín Fierro: que llegara un criollo a mandar. Para estas jamonas acostumbradas a apoyar sus prominentes antifonarios en las poltronas de la antipatria y para sus congéneres masculinos, pérfidos botarates pobladores ambos de las irreales ínsulas universitarias, el momento del sagrado encuentro de la Patria y el Pueblo con su Líder no es más que el de la “oportunidad perdida”.

¿La oportunidad perdida o la infamia de perdidos oportunistas?

El cuentito que la intelligentsia (ese extendido contubernio de políticos e intelectuales unidos por el común desprecio a todo lo que huela a popular y a nacional) ha elaborado, y que repiten a boca de ganso mamertos de toda laya y pelaje que pululan por las nubes de pedos en que se han convertido cual excrecencia sifilítica mal parida por la Reforma del 18 las universidades, es a grandes rasgos así:

“A lo largo de las primeras décadas del siglo XX y especialmente a partir del estallido de la Segunda Guerra Mundial, los gobiernos radicales y conservadores que se sucedieron aprovecharon la coyuntura mundial para que la Nación acumulara reservas de magnitud tal que era harto difícil transitar por las bóvedas del Banco Central sin tropezar con barras y lingotes de oro. Entonces llegó Perón, que dilapidó demagógicamente y en forma increíble esa riqueza, privando al país de avanzar hacia el destino de grandeza que la Divina Providencia le había reservado. Por culpa de Perón la Argentina ha perdido su gran oportunidad”.

Hasta aquí el cuentito. Procedamos a analizarlo. Vayamos por parte como diría Jack El Destripador (es un chiste, ¡che!, dejemos para los gorilas la cualidad de amargos, que si un peronista no tiene sentido del humor no es peronista).

En primer lugar, de ser cierto este enunciado estaríamos ante una palmaria demostración de hijoputez de quienes lo sostienen. No es que quiera cargar las tintas sobre estos lechuguinos, pero que otro adjetivo les cabe a quienes añoran un supuesto país rico con un pueblo pobre. O dicho de otra manera: si el oro estaba, lo que brillaba por su ausencia era el empleo del mismo en beneficio de todos. Siguiendo esta línea de razonamiento, para los contreras que sustentan la teoría de la oportunidad perdida, se debería haber seguido acumulando riqueza sin redistribución.

Pero la gran falacia, el mayor de los embustes de este cuentito es que es falso de toda falsedad. No había oro en 1945. No podía haberlo dadas las relaciones asimétricas que se establecen entre un país dependiente como había sido la Argentina hasta entonces (con la complicidad de los cipayos vernáculos) y la Metrópolis Imperial a la que estaba subordinada.

Para graficar tales relaciones baste el ejemplo del Pacto Roca-Runciman, el cual constituyó según la acertada definición de don Arturo Jauretche, el Estatuto Legal del Coloniaje. El piratón imperial pagaba por nuestros productos primarios lo que se le antojaba y a su vez imponía el precio de las manufacturas que nos vendía. Aún en la coyuntura supuestamente propicia para la Argentina (según repiten sin fundamento algunos loros y cotorras de la antipatria universitaria) que se da con el estallido de la Guerra Mundial , la balanza favorable de nuestras exportaciones no se tradujo en tangibilidad concreta. Lisa y llanamente Gran Bretaña bloqueó nuestras divisas, transformando nuestro superávit en una deuda que pensaban nunca nos pagarían, que se convertiría en uno de los tantos pagadios que nos hicieron a lo largo de un siglo de ignominia.

Sin embargo esos reverendos hijos de la….Rubia Albión se equivocaron. Acostumbrados como estaban a tratar a su “Sexto Dominio” en relación de vasallaje, no advirtieron que nuevos vientos soplaban en ese 1945. Eolo barría en forma de Pampero la vieja mentalidad colonial. En el despejado firmamento de octubre, empezaba a cumplirse la profecía hernandiana: estaba llegando un criollo a mandar.

Un galaico almacenero

El “almacenero”, así con desprecio de clase llamaron los eternos gurúes económicos de la dependencia a Miguel Miranda, un hombre venido desde Asturias con una mano atrás y otra adelante, y que a fuerza de trabajo había llegado a convertirse en un exitoso empresario. La empiria y no los libros cimentaron su éxito. Este “almacenero” fue el elegido por nuestro Gran Conductor para llevar adelante las políticas necesarias y adecuadas para lograr una Patria Económicamente Libre, como reza uno de nuestras tres grandes banderas.

No en vano el General Perón fue ungido cuando nació en la inmensa llanura melancólica, con el óleo sagrado de Samuel. Sabiamente comprendió que para acabar con la nefasta mentalidad colonial y con sus eruditos personeros, se precisaba un hombre como ese asturiano profundamente argentino, sin prejuicios de escuela ni universidad, dotado de sentido común y patriotismo.

Esa política económica genuinamente nacional se tradujo en impresionantes logros. Al respecto me remito a la síntesis que señala un habitual colaborador de La Memoria de Nuestro Pueblo, Roberto Baschetti:

“Nacionalización de la economía. Créditos para la industria. Plena ocupación. Altos salarios. Por primera vez en la historia de nuestro país se evidencia un corrimiento positivo de la economía argentina de la industria laboriosa con respecto al campo parasitario. En 1948 el censo industrial determina que hay 81.937 establecimientos; en 1954 (casi al fin de la experiencia peronista), los establecimientos industriales trepan a 151.798. Se impulsa la industria liviana y toda la industria manufacturera de consumo final. Comienza la producción también, de bienes de consumo durable como motocicletas, automotores, locomotoras y aviones (producción desmantelada prolijamente por los gobiernos posteriores siguiendo ordenes del extranjero). También se producen insumos siderúrgicos y otros derivados del petróleo. Pasan al patrimonio de la Nación : ferrocarriles, puertos, teléfonos, gas, servicios públicos, lo que posibilita no sólo un control sobre la política de tarifas de los mismos, sino también, una reducción de los pagos de servicios y beneficios al capital extranjero generalmente remitidos (como ahora) al exterior y facilitando además un control efectivo sobre la política de inversiones de las empresas públicas. Solamente en un año de gobierno peronista (1948/1949) los chacareros arrendatarios se hicieron propietarios de un millón de hectáreas y la tendencia continuó en los años posteriores. En nueve años de gobierno peronista (1946/1955), se levantaron 76.230 obras públicas, de las cuales 70.000 fueron en el postergado interior de nuestro país. Con Perón se inauguraron y se pusieron en marcha centrales hidroeléctricas, plantas siderúrgicas, diques, gasoductos, refinerías de petróleo, usinas eléctricas: hago referencia entre otras obras a San Nicolás, Río Turbio, represa El Nihuil, Altos Hornos Zapla. La Flota Mercante del Estado pasó a ser la tercera del mundo, con 35 buques, con un tonelaje total de peso bruto de la flota de 269.530 toneladas, con una capacidad total de carga general de 322.153 m3 y una capacidad total de carga frigorífica de 45.928 m3 .”

Agrego simplemente que cuando un país se torna soberano, no es fácil trampearlo en las transacciones comerciales. Eso pronto lo entendieron los ingleses (para desgracia del no vidente británico Jorge Luis Borges y otros masturbados mentales que como él siguen hasta el presente añorando al amo imperial). Acostumbrados a pagar lo que se les daba la gana por nuestro productos, se encontraron de pronto con un gobierno que les decía: -señores, la carne vale en el mercado internacional cuarenta libras la tonelada. Ustedes nos ofrecen diez. Señores: cuarenta o nada.

Muchos pusieron el grito en el cielo por esta forma inédita y viril de negociar. Cundía amariconada y lacrimógena alarma entre la cáfila putrefacta de contumaces contreras y discepolianos mordisquitos: -“No nos van a comprar y nuestros productos se van a pudrir, snif, perderemos todo, snif, snif.” Décadas de dependencia y sometimiento habían generado un sentimiento de subestimación nacional que se reflejaba en estos agoreros. El barullo soez de estos gaznápiros fue en vano. Situados en lo más excelso del patriotismo maridado con el mejor cálculo geopolítico, Perón y Miranda sabían lo que hacían: los ingleses terminaron comprando a cuarenta libras la tonelada. Su situación interna era muy grave y precisaban la carne argentina.

Todo lo cual fue generando en nuestra Nación una bonanza sin precedentes al punto que deberemos situar hacia 1950/51 (y no en 1945 como argumenta la antipatria) el momento en el cual los pasillos del Banco Central se atiborrarán de oro.

El Gran Alquimista

Pero acumulación sin redistribución no es riqueza. Si entendemos la riqueza como justicia social. ¡Y de que otra forma la podemos entender los peronistas!

Vuelvo al compañero Baschetti y su poder de síntesis:

“En nueve años de gobierno peronista se construyeron 8.000 escuelas, la mayor cantidad registrada en toda la historia de la Argentina. El analfabetismo se redujo en todo el país al 3%. También durante el peronismo se construyeron 500.000 viviendas con capacidad para cerca de 5 millones de personas. Veamos el caso concreto del Banco Hipotecario Nacional: entre 1886-1946 (60 años) dio préstamos para 20.000 viviendas; entre 1946-1951 (cinco años con el peronismo en el poder) otorgó préstamos para 217.000 viviendas. Se dignificó a todos los trabajadores mediante contratos de trabajos, leyes de previsión social, jubilaciones y pensiones, cooperativas, proveedurías, escuelas técnicas, etc. Se crearon los tribunales de trabajo (ya que hasta entonces el obrero no tenía un lugar a donde reclamar por sus derechos conculcados y que se le hiciera justicia). Evita decía: “donde hay una necesidad hay un derecho” y la Fundación Eva Perón creó entonces los hogares escuela, la ciudad infantil, la ciudad estudiantil, los hogares para ancianos, los hogares de tránsito, el hogar de la empleada, hospitales, clínicas y policlínicos para la gente, vacaciones pagas, turismo infantil, colonias de vacaciones para todos los pibes del país y la lista puede seguir ad infinitum.”

Claro que puede seguir la lista (latinazgos al margen) como palmaria demostración de la transmutación de la materia que realizó en la década más gloriosa de nuestra Patria, nuestro inmortal General Perón. El, en la senda de los antiguos alquimistas que buscaban la piedra filosofal y la panacea universal, encontró la auténtica panacea nacional al transformar el oro acumulado gracias a su brillante política económica, en felicidad y dignidad para todo el pueblo argentino.

Lamentablemente, y causa vergüenza ajena admitirlo, esta gran obra social del mayor humanista que observó el mundo en el siglo XX, fue y es puesta en tela de juicio por los necios, por los palurdos de intelecto atrofiado que por mera ignorancia o por refinada maldad, continúan sembrando el veneno de sus sanguinolentas pústulas cerebrales.

Los penetrados

El peronismo favoreció desde el Estado una transformación del significado social del habitar, al democratizar el acceso a la vivienda, entendida como un derecho de los trabajadores y sus familias. La ciudad de iguales, materializada en innumerables barrios construidos a lo largo y ancho del país, fue la inspirada asociación de los ideales higienistas con los valores de sociabilidad y vecindad cuyo resultado fue la ciudad saludable a la que los trabajadores accedieron de la mano de Perón y Evita.

Su ícono arquitectónico fue el llamado “chalecito californiano”, en rigor de verdad de estilo colonial, que tomó su equívoco nombre por haber hallado inspiración formal en la arquitectura de las misiones jesuíticas de la costa oeste de los Estados Unidos. Un simple cotejo de observación primaria entre estos chalecitos con jardín y la sordidez actual de los Fonavis, habla a las claras de la tarea de dignificación del ser humano del peronismo.

Pero el odio y la ignorancia, como dijimos han hecho escuela. Ya en los años gloriosos de la Nueva Argentina surgió la leyenda negra: “los negros levantan el parquet de las casas que el tirano y la yegua les regalaron para hacer asado”.

Mas allá de la ofensa a nuestro General y nuestra Evita, destaquemos en esta infamia dos flagrantes mentiras. Primero, que al revés de lo que se hizo después con el manejo clientelar de los Fonavis, las viviendas no se regalaban. Por el contrario había que cumplir con los requisitos que establecía el Banco Hipotecario Nacional para acceder a las mismas. El pleno empleo y la dignificación salarial del mismo, permitían que el trabajador alcanzara la propiedad de su casa, comprada en cuotas que a su vez posibilitaban reproducir el sistema al generar recursos genuinos para seguir construyendo.

La segunda mentira es refutable desde la más elemental observación empírica. El parquet no es más que un machimbre pegado al suelo mediante brea. Imaginemos la humareda y el olor que desprendería ese material si se lo intentaba utilizar como leña. De solo pensarlo ya nos arden los ojos.

Pero la leyenda negra perduró más allá de su evidente falsedad y maledicencia. O tal vez esa perdurabilidad se dio justamente por esas dos condiciones. Había (y hay) mucho odio de clase y racismo, que la clase media encubre de “democratismo”. En realidad el contacto con lo que llamaban “la negrada” o “el aluvión zoológico” enervaba a la intelectualidad de entonces. Narra Jauretche: “el doctor se amarga porque ya no es tan importante; añora el tiempo en que fue el pequeño Dios casero del barrio o del pueblo; época en que la gente lo veía pasar a un Martínez Estrada y las comadres del conventillo decían: -es escritor, sale en los diarios…ahora hasta le paran el carro si el doctor intenta -como otrora impunemente hacía- protegerlos con su tuteo”. Agrega Don Arturo: “tampoco se puede ganar la lealtad para toda la vida de un peón de campo con el regalo de unos pantalones viejos, cuando hay un Estatuto del Peón”.

O como en feliz definición establecía el colorado Jorge Abelardo Ramos:” no se puede entender el peronismo sin las chinitas que se volvían rubias”. Histéricas chirusas de la clase media ponían el grito en el cielo clamando a todos los santos ante el tupé de las humildes mujeres de la Argentina Profunda que desafiaban con glamoroso oxigenado, estéticos terrenos que les habían estado vedados. Un bucle dorado igualaba el gineceo de las clases sociales con idéntica eficacia a la de la Ley de Voto Femenino.

Eso ayer ¿y hoy? Hoy aunque traten de disimularlo con discursos políticamente correctos, los jóvenes que accedieron a una educación superior gracias a que sus padres y abuelos fueron dignificados por el peronismo, en su gran mayoría son unos ingratos renegados. Unos penetrados culturales. Lamentablemente tantos años de mentiras, ocultamiento y lavado de cerebro los han convertidos en eso: en unos penetrados impotentes de superar la mentalidad colonial.

Da grima hablar con ellos. Se creen superados y no pasan de ser unos eunucos con intelecto castrado. Si hablan de cine…conocen todo el cine, todas las corrientes en boga en el mundo. Con ridícula erudición pueden hablar de la intencionalidad oculta en las imágenes de un Bergman…o de Abbot y Costello. Ahora si uno logra meter en medio de su jocunda y académica verborrea pedorresca una simple pregunta como ¿viste Luna de Avellaneda? o ¿conocés la obra de Leonardo Favio? un no rotundo es la respuesta.

Se conocen toda la filosofía. Se ciscan de memoria a Habermas o como corresponde a impertérritos y eternamente adolescentes herederos del ochentoso Club de los Fucoltitos[1], a Foucault, pero de filósofos nacionales como Rodolfo Kush o Carlos Astrada, ni noticias.

Los penetrados ignoran que lo son. Se creen impolutos. Entienden que hay un pasado nacional común, pero lo que saben de historia argentina lo estudian con yanquis como David Rock y Daniel James o natives como Luis Alberto “flor de” Romero, el inefable gorila radical Félix Luna o el hijo putativo de este: Felipe “!plin! caja” Pigna. De los que hacen la verdadera historia como Pepe Rosa, ni noticias.

Esa ignorancia no los exculpa. Los penetrados no son inocentes. Durante el menemismo accedieron relajada, gustosa y pasivamente a tener relaciones carnales con el amo imperial. Por unos dólares, por un viaje de egresados a Cancún o simplemente por vicio congénito, estos degenerados al tiempo que libidinosamente entregaban sus baqueteadas grupas a las lubricias del falo yanqui, eran totalmente indiferentes frente al neoliberalismo que produjo en la Argentina la mayor entrega del patrimonio y la soberanía desde los tiempos de la Década Infame. Dispénseme el lector la crudeza cuasi soez de la concomitancia utilizada pero no hay forma más contundente de graficar tal concupiscente complicidad.

Los penetrados compran su propia y abyecta sodomización cultural. Circulan por los lugares que la intelligentsia les impone (universidad, prensa, etc.) para que elaboren con supuesta racionalidad el desprecio al pueblo del que forman parte. Suelen ocultar ese desprecio direccionandolo no al pueblo, sino al peronismo[2], sin entender que pueblo y peronismo constituyen una misma e inseparable sustancia de la Patria , amalgamada de una vez y para siempre en los días felices por gigantes de la estatura moral de Perón y Evita. Medio siglo después, los penetrados demuestran con su rencor militante de analfabetos funcionales a los intereses antinacionales, que el peronismo continúa siendo el hecho maldito del país burgués. Y en virtud de esa condicionalidad revulsiva se constituye en la única herramienta válida para superar la tara de la colonización pedagógica. Como decía don Arturo Jauretche, si no destruimos esa colonización, si no acabamos con la penetración cultural y con la mentalidad de los penetrados, será imposible la liberación nacional.



Dardo Olea

Escuela de Filosofía

Universidad Nacional de Rosario

dardoolea@hotmail.com

[1] La patota cultural alfonsinista que fue patrón y soto de la vereda intelectualoide en la década del 80 en la rosarina Facultad de Filosofía y Letras (travestida a partir de esos años en Facultad de Humanidades y Artes) recibió ese irónico mote por su irracional adoración del filósofo francés Michael Foucault. El nombre deviene de un fenómeno radial ocurrido dos décadas antes de estos lamentables sucesos. Me refiero a El Club de los Ruxcolitos, un programa infantil que se emitía por la rosarina LT2 con el auspicio de la empresa local Baracco, fabricante de la chocolatada Ruxcoa. Datos obtenidos de la profesora Mónica B., titular de la cátedra de Teoría Política en unas de las Escuelas de la citada Facultad.

[2] Con peronismo no me refiero a ninguna estructura partidaria, sino a una filosofía profundamente humanista, abarcadora de todos los aspectos de la vida argentina. Aclaro para los ignaros de distinta laya, que este albañil metido en sus altos años a estudiante de filosofía, renunció asqueado al pejota cuando vio que como era cooptado y traicionado en su esencia por el palíndromo riojano que usurpó (con la anuencia de los penetrados) la Casa Rosada a partir de 1989.

Diego F. dijo...

Esta es la parte fundamental de la escencia blogueril: a diferencia de los medios masivos, que tienden a fragmentar las cosas y así minimizarla y manufacturarla masivamente en un paquete cambalachero del que al final no queda nada, una idea en la blogósfera va en el sentido opuesto, se profundiza y complementa creando una idea más fuerte. "Inteligencia colectiva" dirían los de un foro que no voy a nombrar porque censuran.
El texto que subieron es impecable, tan pero tan claro y certero en los puntos que enumera que jamás lo veremos en los medios masivos (ni mucho menos desarrollarán algo tan importante para la soberanía del país como "el Imperio de la Ley es importante, pero no desde hoy, sino desde siempre. Y que los acreedores son acreedores siempre y cuando no hayan orquestado un fraude.")

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Dardo, COMPAÑERO, grandiosa exposición, me la leí entera, contrariando a los que dicen que lo breve es doblemente bueno, enseñanza del ingeniero PRO ya que destrás de su brevedad esconden mediocridad, que en los blog ser breve es respetar a los demás, que lo largo nadie lo lee y muchos otros códigos de foros, que nos quieren imponer, buscan que uno no exponga en forma clara.

Gonzalo Agustin Sueiro dijo...

"Con peronismo no me refiero a ninguna estructura partidaria, sino a una filosofía profundamente humanista, abarcadora de todos los aspectos de la vida argentina."

totalmente, eso es lo que no van a entender nunca, se quedaran de por vida con el "merchandising" porque la superficialidad de sus razonamientos jamás les permitirá conocer aquello de lo que no pueden participar.

muy buena la nota sobre el agorero "$10 pesos el dolar". como cansa escucharlos tan orondos teorizar sobre lo que el Lobby les pide, y venderlo como idea propia. ¿hasta cuando soportaremos a estos zopencos?

saludos
Gonzalo

nanolefou dijo...

Hay que bancarse la reflexión extensa y profunda...siempre que sea dura, bloggera y peronista!

nanolefou dijo...

Ahora, Dardo: ¿Por qué la liga Pigna, me querés decir? Digo, me querés decir... acomodarlo en la vitrina con Romero, achacarle filiación con Luna. ¿No es un poco injusto? Por eso te digo que me digas, así me desazno y me espanto tanto coloniaje cultural del mate.


Por lo demás, excelente el comentario!

Saludos!

Anónimo dijo...

Compañero Nanolefou, tal vez tenga razón, al empardarlo a Pigna con Romero o Luna incurrí en una ofensa...a estos últimos, que equivocados para mí en su apreciación de la historia, por lo menos nunca ocultaron lo que son. En cambio Pigna es aparte de plagiador confeso, acuerdese el robo que le hizo a una profesora sobre el tema de Liniers, un farsante que la va de neorevisionista y cada vez que puede ofende la memoria del General Perón y de lo que este representó para millones de argentinos. Pigna es un truchimán que utiliza la táctica de hacerse el simpático buscando guiños complices con el lector (por ejemplo se "hizo" evitista)y en el fondo es solo un hipocrita interesado en vender sus libros que por otra parte segun dicen los que saben del oficio de historiador, son metodologicamente hablando mas malos que los que hacian la historia mitrista. Saludos compañero, gracias por escribirme
Dardo

nanolefou dijo...

Bueno cumpa Dardo, no tengo ninguna evidencia que me convenza de lo que decís, pero estaré atento.

De todas formas... bue... nada: ¿Es incuestionable Perón? Veo a muchos Peronistas setentistas de la tendencia que no adscriben ciegamente al culto de su persona, por motivos políticos, y preferencias o elecciones que Perón hizo, seguro que me entendés. No se... tal vez Pigna esté mas cerca de eso que de un Peronismo ortodoxo...pero no lo veo como un gorila. Pero bueno, son opiniones, disensos en todo caso.
El peronismo admite esta dinámica y obliga a la confrontación, siempre que entendamos que prima el concepto de unidad, y que lo importante es rescatar esa filosofía profundamente humanista, abarcadora de todos los aspectos de la vida argentina.

Saludos!

Daniel Rico dijo...

LLegue a este sitio de pura casualidad, buscando un manual para levantar los pisos de parque para hacer un asado. Me parese buenisimo, en particular las consideraciones sobre el grupo cipayo clarin.

Anónimo dijo...

Dardo, tuve el placer de leer lo que escribiste recién hoy. No sé si leerás este mensaje, pero quería avisarte, con el hecho consumado, que lo copié (citando la fuente, por supuesto), y lo reenvié por mail. Así, tanto, me gustó. Gracias!

patricio dijo...

LA PUTA, LA GRAN PUTA, la grandísima puta, la santurrona, la simoníaca, la inquisidora, la torturadora, la falsificadora, la asesina, la fea, la loca, la mala; la del Santo Oficio, la del Índice de los Libros Prohibidos; la de las Cruzadas y la noche de San Bartolomé; la que saqueó a Constantinopla y bañó de sangre a Jerusalén; la que exterminó a los albigenses y a los veinte mil habitantes de Beziers; la que arrasó con las culturas indígenas de América; la que quemó a Segarelli en Parma, Juan Hus en Constanza y a Giordano Bruno en Roma; la detractora de la ciencia, la enemiga de la verdad, la adulteradora de la Historia; la perseguidora de judíos, la encendedora de hogueras, la quemadora de herejes y brujas; la estafadora de viudas, la cazadora de herencias, la vendedora de indulgencias; la que inventó a Cristoloco el rabioso y a Pedropiedra el estulto; la que promete el reino soso de los cielos y amenaza con el fuego eterno del infierno; la que amordaza la palabra y aherroja la libertad del alma; la que reprime a las demás religiones donde manda y exige libertad de culto donde no manda; la que nunca ha querido a los animales ni les ha tenido compasión; la oscurantista, la impostora, la difamadora, la calumniadora, la reprimida, la represora, la mirona, la fisgona, la contumaz; la relapsa, la corrupta, la hipócrita, la parásita, la zángana; la antisemita, la esclavista, la homofóbica, la misógina, la carnívora, la carnicera, la limosnera, la tartufa, la mentirosa, la insidiosa, la traidora, la despojadora, la ladrona, la manipuladora, la depredadora, la opresora; la pérfida, la falaz, la rapaz, la felona; la aberrante, la incosecuente, la incoherente, la absurda; la cretina, la estulta, la imbécil, la estúpida; la travestida, la mamarracha, la maricona; la autocrática, la despótica, la tiránica; la católica, la apostólica, la romana; la jesuítica, la dominica, la del Opus Dei; la concubina de Constantino, de Justiniano, de Carlomagno; la solapadora de Mussolini y de Hitler; la ramera de las rameras, la meretriz de la meretrices, la puta de Babilonia, la impune bimilenaria tiene cuentas pendientes conmigo desde mi infancia y aquí se las voy a cobrar.fernando vallejo.saludos.

Unknown dijo...

LLevo el link de ustedes para mi blog.