Estamos nerviosos

Un día como hoy pero hace ya unos días Los Autores de este humilde pasquín y otros amigos que participaron del proyecto de blog colectivo Qué te pasa Clarín? vienen recibiendo intimaciones, medidas cautelares y aprietes judiciales de todo tipo y color para que el blog cese sus actividades subversivas.
El avance del grupo sobre la blogósfera no se detiene: hace unos meses fueron por tercera vez por los videos de Diego F. de Mundo Perverso, movida que disparó la reacción de la comunidad bloguera en defensa de uno de los pocos espacios neutros y libres del control monopólico que los grandes medios ejercen sobre los diversos canales de comunicación.
Estos episodios de apriete judicial y de censura indirecta suceden constantemente y poco se escucha en los medios tradicionales al respecto. Esto sorprende porque los grandes medios siempre están muy atentos ante los presuntos ataques que reciben, e inclusive suelen defenderse entre ellos, como se encarga hoy de hacerlo en su espacio editorial el mismísimo Clarín que nos censura a nosotros con respecto al supuesto ataque que recibe el diario La Nación.
Proliferan día a día historietas de ataques a la prensa que nunca son, que jamás se confirman: por caso, la vergonzosa operación de prensa emprendida por el grupo en cuestión ante las supuestas interferencias a su señal de cable de noticias que jamás sucedió.
Lo cierto es que los grandes medios de prensa tienen razón cuando dicen que en Argentina peligra la libertad de expresión. Lo que omiten es decir quién es el que verdaderamente la ataca. Al nuevo periodista comprometido con su profesión, que cree en aquellos valores que le enseñaron a defender durante la cursada de sus estudios y que pretende defender a capa y espada, que deje de buscar grandes casos de censura en las altas esferas del poder: no los va a encontrar.
La censura en la Argentina pasa hoy por las acciones de grandes conglomerados empresarios contra pequeños ciudadanos o grupos de ciudadanos independientes que cumplen la función de suplir informativamente la información que nadie está dispuesto a publicar. Son pequeños avances judiciales sobre la neutralidad del espacio que internet garantizaba hasta hace poco: avanzan sobre las cuentas de Youtube, avanzan sobre el uso de información periodística de libre acceso sobre la cual ellos se pretenden dueños, avanzan ahora sobre un blog independiente, sin fines de lucro, por medio de medidas sancionatorias de carácter económico que son imposibles de costear por ciudadanos comunes sin estructuras de financiamiento empresariales.
Esos son los casos de censura que, día a día, ciudadanos argentinos sufren y, como dice Lucas, nadie hace nada.