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26/3/08

Piquete y Boleadora, la lucha es una sola

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Un día como hoy pero ayer sucede un hecho imprevisto e inédito en el devenir de los acontecimientos populares de nuestro hermoso y querido país. Un copado de Memoria Completa dijo exultante, ante los micrófonos de Radio 10:
La clase media, media alta, media-tet-a-tet y puramente alta de los Grandes Centros Urbanos Intelectualizados se suman al reclamo del campo popular legitimando los métodos de protesta social de antaño repudiados. Una conciencia de pueblo invade los espíritus de la "gente" y se lanzan en apoyo del piquete, la extorsión, el caos social y la violencia política como método para modificar la realidad."
Por su parte, un Longobardi arrepentido ejercita una autocrítica memorable:
Los grandes medios de comunicación, que antes funcionabamos como claros agentes antipopulares, petardeando a diestra y siniestra la necesidad imperante de criminalizar la protesta social y de la implementación de la mano dura contra los manifestantes, finalmente hemos aceptado nuestro único destino posible, el de estar junto al pueblo en su desafío a los poderes instituídos, sea cual fuere el método empleado por éste para hacerse escuchar. Si algo hemos aprendido es que cortar rutas esta bien, poner miguelitos esta bien, tirar carne esta bien, desabastecer al mercado de consumo esta bien, armarse en defensa del pueblo esta bien, etc. La violencia en manos del pueblo no es violencia, es Justicia"
Finalmente, el pueblo es uno. Todos unidos triunfaremos, Cardón Cardón, que grande sos.

14/3/08

No es país para gorilas

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Un día como hoy pero de 1949, la fuerza imparable del movimiento ha conquistado hasta el último rincón de este hermoso país, nuestra tierra, la Argentina. No hay ya lugar en el que los ecos de la revolución peronista no hayan rebotado, con su mensaje de alegría, amor y pacificiencia. No queda hombre o mujer o niño en el subsuelo de la patria, y todo aquel que haya abierto los ojos al país real sabe ya que nada será igual nunca, ahora que el pueblo ha conquistado lo que era suyo. El peronismo se convierte en sentimiento, en sangre, en identidad. En el mes de agosto de ese año, un grupo de juristas, filósofos y cuadros neuroperonistas se juntan en un oscuro salón del Congreso de la Nación y pergeñan un plan secreto, maravilloso y fantástico. Su tesis es simple: el peronismo ha superado su condición de movimiento político, y se asemeja ya más la condición de nacionalidad. Uno de ellos agrega que toda Nación se compone de tres elementos: pueblo, gobierno y territorio. El peronismo ya tenía dos de ellos. Un osado propone que se destine una porción del suelo argentino a la nación peronista. Otro grita que ese lugar debe ser el Partido de La Matanza. Los hombres se miran, acuerdan, y ponen manos a la obra. Elaboran un proyecto que es elevado secretamente al Gran Conductor, y que consta de los siguientes puntos:
  1. El Partido de la Matanza será un estado autónomo y peronista, como lo es el Vaticano en Italia.
  2. Hay un pasaporte peronista, que se obtiene luego de 20 años de afiliación al PJ y algún mérito en la historia del movimiento.
  3. El país peronista tiene representación en el Sistema de Derecho Internacional, embajadas, servicio diplomático, espías, etc.
  4. El país peronista es una especie de retiro, paraíso terrenal para el militante entrado en edad: hay choris a granel, enormes heladeras Siam, pulquis, UES, oro nazi, mordazas a la prensa gorila, alpargatas, obra pública, tantas intendencias o sindicatos como habitantes, Sidra La Victoria, Justicialistas Sports, Fundaciones Eva Peron, caños y demases.
  5. Por cada peronista hay otro peronista, que es lo mejor que te puede pasar.
  6. La ciudad, vista desde arriba, sera como una gran Ciudad Evita, pero esta vez sin rodete, con el pelo suelto, como la Evita Montonera.
  7. Una vez al año se homenajea al Gran Conductor: se rosquea en un edificio diseñado especialmente al fin de rosquear, y se decide su permanencia. Finalmente se larga humo de cigarrillos Imparciales por una chimenea al grito de Habemus Pocho.
  8. No hay gorilas, y si los hay son peronistas que cumplen el papel de gorilas.
El plan fracasó rotundamente luego del golpe. Sin embargo, la oligarquía rescató el proyecto de algún cajón y puso su antítesis en marca: se armó sus pequeños países gorilones, muchos, varios, miles.

11/3/08

Juventud, divino peroncho

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Un día como hoy pero del año 1964 se realiza un encuentro entre algunos jóvenes peronistas y el líder del Movimiento en Puerta de Hierro. Los objetivos eran simples y hasta cantados: los jóvenes viajarían hasta Madrid para contarle al Pocho que acá estaban a pleno y Perón les diría que le metan pata porque los bancaba como loco. Cada uno de los pibes venía rompiéndose el marote pensando qué decir en semejante cónclave para transmitirle a Perón, en pocos minutos, el apoyo incondicional a la Revolución Justicialista. Luego de una larga y detallada intervención del líder popular en la que les habló sobre todo de economía -en un criollo perfecto-, salió el tema de Cuba, de Fidel Castro pero sobre todo del Che. La supuesta reunión entre el Pocho y el Che para articular de alguna forma la resistencia peronista con la guerrilla en Bolivia había sido hacía pocos días en ese mismo lugar. Perón repitió más o menos lo que le había dicho: que el terreno era demasiado alto para su asma, que era una zona casi despoblada con pocos habitantes ajenos a toda motivación, que habían sendas sólo conocidas por baqueanos y que si éstos no colaboraban, las dificultades se multiplicarían. Además, Perón les comentó a los jóvenes que le había recomendado al Che la lectura de "El discurso del método" de Descartes, libro reiteradamente citado en "La Comunidad Organizada". Perón tenía la esperanza de que su lectura influyera en la peligrosa decisión del Che que luego le provocaría la muerte en tierras bolivianas. En ese momento, uno de los jóvenes presentes en la reunión aprovecha para meter bocado: "Se nota que no lo leyó, General", dijo con tono de complicidad. Perón se desconcierta un poco y mirando la modesta biblioteca que le permitía el exilio madrilense le contesta al joven:

-Lo que pasa es que... es que con tantos viajes... usted se imagina, no tuve tiempo....

-¡No! Usted no, general. Quise decir que el Che no lo había leído -intentó corregirse nervioso.

-¡Ahhh! Naturalmente... -sentenció el Pocho para destrabar la situación y desencadenar unas carcajadas generales.

En fin, otro día peronista en el que los libros son tan o más protagonistas que las alpargatas.