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24/7/09

Elogio de la institucionalidad

Un día como hoy pero dentro de dos días sale a la calle la decimoquinta edición del Suplemento Joven del diario Miradas al Sur, Ni a Palos, y trae adentro: una entrevista realizada por Julia Mengolini al productor kirchnerista de Mirtha Legrand, el Sr. Rottemberg; una nota de investigación de Martín Rodríguez y Federico Scigliano que cuando la empezaron a escribir era sobre fábricas recuperadas y cuando la terminaron era sobre peronismo; Curriculum Mortae, por Natanael Amenábar, que en esta ocasión se encarga de ajusticiar al trucho de Nik; el AnarkoPeronista y sus reflexiones cada vez más solidas; Ivan Heyn y su "economía avanzada para nabos que no cazan una"; Romina Calderaro y su "neurótica", y mucho más. Los Autores, por lo pronto, promediarán para abajo el excelente trabajo de los colaboradores antes mencionados con la siguiente editorial:
Elogio de la institucionalidad
Nosotros, quienes adscribimos a lo que tradicionalmente se define como “campo nacional y popular”, solemos referirnos a la problemática de la “institucionalidad” con cierta sorna, con algún nivel de desprecio. En algún lugar del camino perdimos la batalla cultural contra nosotros mismos. Es decir, nos gustó un pedazo equivocado de la falacia dicotómica civilización-barbarie. El concepto de “República” (hoy tan de moda), de algún modo fue quedando como valor de los liberales, aún cuando su liberalismo ha sido impuesto a través de tiranías, sangre y muerte. Por el contrario, el “campo nacional y popular” (que puso la sangre, los muertos, y los gobiernos depuestos por tiranos) ha quedado del lado de lo irregular, lo ilegítimo, lo autoritario.
Sin perjuicio de lo mucho que ha contribuido a esta percepción errónea la historiografía oficial, la gran prensa y, en definitiva, la derrota en la “batalla cultural”, también hemos ayudado mucho nosotros. Cuando del otro lado se enarbolan las banderas del republicanismo, la institucionalidad y otras yerbas parecidas, nosotros nos mofamos. Digamosló, somos amigos del a la carga barracas.
Pero lo cierto es que la corriente política nacional y popular ha intentado en varias oportunidades reorganizar la sociedad argentina por la vía institucional. La historia constitucional argentina tiene muchos protagonistas de este lado, siendo el más olvidado de ellos Arturo Sampay. En el campo de la construcción del Estado Nacional, tarea atribuìda históricamente a Julio A. Roca, el campo nacional y popular tuvo un protagonismo mucho mayor. Aún en los ‘70, época signada por la falta de institucionalidad, el derecho argentino se desarrolló ampliamente gracias a las luces de una generación de juristas que la Academia Nacional no volvió a dar, en especial en el terreno del Derecho Administrativo, herramienta jurídica fundamental para la construcción de “institucionalidad”.
Ni que hablar de que siempre nos han gustado más los votos que la fuerza, y que aún cuando el campo nacional y popular -por haber sido empujado al abismo vía represión, persecución y proscripción- logró un grado de organización inédito en la historia argentina que le hubiese permitido tomar el poder de un zarpazo, igual tuvo la “deferencia institucional” de hacer dos elecciones para que su líder pudiese llegar al sillón de Rivadavia después de dieciocho años de destierro.
Mientras hoy muchos berretas exaltan de manera ridícula los valores del diálogo, el consenso, la legitimidad, el parlamentarismo y todo lo que en el fondo nosotros sabemos que es puro verso, nos olvidamos la mitad de la respuesta: es verso, pero no porque sea verso, sino porque es el emisor el que se caga en esos valores y los exalta sólo cuando no le dan los números. Y si los números les dan mal durante mucho, pero mucho tiempo, dejan ese discurso y pasan al golpe de estado. Es así, lo sabemos todos.
Ahora, cuando los números les dan bien, como a Mauricio Macri en la ciudad, agarrate. Ahí tenés irrespeto a las instituciones full-full. Si Macri fuese kirchnerista en vez de macrista, la gorda Carrió, Poder Ciudadano y el botón de Monner Sans se hubiesen hecho las panzadas de su vida.
Repasemos algunos de los muchos ejemplos:
Escribanía: En los pasillos de la legislatura porteña se cuenta que, más de una vez, Macri tuvo el “gesto” de mandar una ley al recinto y después vetar solamente lo que se modificó como resultado del debate. Otra que les ha hecho a sus propios diputados es vetarles leyes que canjearon en negociaciones. Semana tras semana muchos se sorprenden por su abuso del veto.
Licitaciones: el macrismo hace gala de un desprecio absoluto por la licitación pública. Es inédita la cantidad de contrataciones directas o simples contrataciones por montos inmensos. Ni entremos a hablar de los contratos a empresas propias, o a amigos cercanos.
UCEP: armó un organismo que ¡se encarga de pegarle a la gente pobre para que se vaya de la ciudad. Cabe agregar una reflexión fuera de lugar: la gran prensa no habla nada de la UCEP, que es prácticamente un organismo represivo paraestatal, pero es generosa en atribuir esa característica definitoria a agrupaciones políticas juveniles por pegar carteles.
Rezonificaciones: escandalosos negocios inmobiliarios que se realizan por medio de leyes de rezonificación en barrios de la Ciudad.
Diálogo: el nombramiento de Fino Palacios, un policía cuyo único currículum es el de ser un reconocido represor. El argumento para nombrarlo hasta ahora ha sido que Macri “le tiene confianza”.
Respeto a la justicia: en función del nombramiento aludido, Macri dijo que el Fino “para mí, está mal procesado”. Nótese como el “para mí” reemplaza lo actuado por un Juez de la Nación.
Consenso: en ocasión de su última reunión con la Presidenta, Macri pidió el traspaso de la policía a la Ciudad. Cristina Fernández le dijo que es un tema para el Congreso. No es para menos: cien años de guerra civil entre Federales y Unitarios amerita siquiera que la autonomía de la Capital Federal se debata en ese ámbito. Él consideró que “para nosotros el Congreso no tiene que opinar”.
Boletín oficial: parece poca cosa, pero Macri decretó que no se debe imprimir. Altas fuentes de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad confirmaron a Ni a Palos que es muy difícil conseguir una copia, aunque sea digital, del mencionado boletín. Se enteran de las barbaridades que Macri decreta pero que “no tuvo tiempo de leer” cuando ya se ejecutan los decretos, porque no pudieron leerlos en el Boletín Oficial. Es así que si los ciudadanos no saben qué leyes hay, los Defensores tampoco y ni siquiera Macri, porque, je, “se le pasó el inciso tal”, que justo, justito es el que obliga a empresarios a proveerle los datos privados de sus empleados al Fino Palacios, con quien tiene confianza.
En fin, amigos populacheros, hagamos valer nuestras chapas de institucionales, que nos sobran y mucho. Y a ellos les faltan y mucho, también.

8 comentarios /:

Ariel dijo...

En principio, el gobierno de Macri me resulta lo más odioso que recuerde.

Hecha la aclaración, comento qué hay con boletinoficial.buenosaires.gov.ar. Porque si reconocemos que existe una versión digital completa, es contradictorio sostener "que es muy difícil conseguir una copia, aunque sea digital".
Claro que el problema no terminaría acá, porque el boletín debería llegar a todos los sitios que los requiriesen y no dar por descontada su conexión a internet y su computadora.
Finalmente, esta denegación del gobierno macrista a imprimir el boletín oficial me trae remembranzas de tiempos dictatoriales y sus leyes secretas, aberración jurídica si las hay.
Y me recuerda un chite de Quino en que se lee un cartel de una plaza que dice "A qué no saben que está prohibido".

Por otro lado, la institucionalidad kirchnerista: las leyes secretas están prohibidas desde hace tres años, por ley, pública, como debe ser.

Ariel dijo...

otrosí: "ajusticiar al trucho de Nik" me parece una de las tareas pendientes de la democracia. O algo así.

Anónimo dijo...

Que nabo sos, dia nublado. Así que "tuviste la deferencia de hacer dos elecciones"...
Perejil, ustedes no ganaron nada, boby, el viejo armó con quien quiso, condujo el dispositivo, y cuando se hinchó las pelotas de los bobis como vos, los mandó a la hoguera.
Andá a tomar la leche, bobi.

Un día peronista dijo...

Ariel, al respecto de tu aclaración, sabemos de la existencia del sitio, y también sabemos que anda a veces, y otras veces no. Al respecto, te aseguramos que por lo menos hay 2 pedidos de informe de la legislatura por este tema, en los que se documentan horarios y días en los que el sitio no funcionó. Haremos lo posible por conseguir esa info. También, desde otros organismos que están en red con los servidores de la Ciudad -por caso, justamente, la Defensoría- es imposible acceder a cualquier sitio del gobierno, aunque esto parezca contradictorio o increíble.
Sobre NIK, ni hablar, era hora.
Raf, bueno, no tomés pintura antes de comentar, hace mal.
Saludos,
Los Autores de UDP

Nicolás Tereschuk (Escriba) dijo...

Es buena la nota.
Vamos ahí.
Saludos

Silvia Ca dijo...

hay que pegarle mas y mas!
Bien cumpas

Anónimo dijo...

Muy buena nota peronchos, con relación al BO de la Ciudad es cierto que es un desastre, durante dos meses mandé mails semanales porque no se podía descargar, aunque lo cierto es que desde agosto del año pasado no se imprime más el BO. Además, dentro del BO faltaban disposiciones que se encontraban publicadas en la web de rentas de la ciudad -y la forma en que actualizan esa página es un bardo total-. Ellos, ni cargo...

matilda dijo...

ek-selente su nota
gracias x "digitalizarla"