Un día como hoy pero en otra primavera, allá por los gloriosos y republicanos años noventa, más especificamente durante el último año de la presidencia de Mendez, un mercedino argentino y peronista hace patria encarnada en un acto heróico y anónimo. Mercedes no es joda. Pueblo ya mucho más que centenario, ha sido guarida de lo más noble y de lo más retrogrado del país.
Aunque de San Andrés de Giles, algunos ultramercedinos lo reclaman al Tío como propio. También, esos mismos fanáticos separatistas afirman que parieron al primer blogger argentino.
De allí salió Videla y Agosti, de allí salieron otros tantos montos y dirigentes del palo. La rivalidad clandestina y voraz de los 70, que se vivía en la capital y conurbano de manera feroz, era interrumpida los fines de semanas en el pueblo, donde todos se conocían y la oscuridad quedaba en pausa por 48 horas de transparente familiaridad pueblerina.
Los Autores han estado allí varias veces porque tienen compañeros y amigos. Es un pueblo de los más lindos que hay en el país. Hay pulpería, hay "ramos generales" convertido en bar, hay buena noche. Como en todo pueblo del interior, de noche se toma y se pelea, y a veces, después, se coge. En otros lugares se pelea por una mina y se busca una excusa que esconda esa verdadera razón, pero en Mercedes muchas veces ocurre lo contrario: se pelea por política o por odio o por diferencias de clase; se alega que es por una mujer o porque "me volcaste el fernet".
Se huele una síntesis perfecta del gran drama argentino. Es como un chichón en la cabeza de Goliat; Pueblo y Ciudad se confunden por la cercanía; el Poder ha sabido descansar en sus quintas, reposando en las siestas, pero siempre con un ojo abierto y atento por culpa de cierto airecito rebelde, gaucho y montonero que se respira.
Volviendo al Gringo, por esos años se las estaba rebuscando para seguir sentándose con dignidad en la punta de la mesa todos los domingos: fue así que tomó un trabajo de peón en San Jacinto. Entre asado y vino empieza siendo el compadre del sector y, lejos de la suya, termina apadrinando a las demás familias que completaban la peonada del lugar. Proclamado delegado, encara la lucha por la primer medida básica y justa: una sala de primeros auxilios en la zona.
De puro tano cabrón, no aceptó la negativa de los representantes de la queridísima Sociedad Rural y armó la salita con su propio sueldo. Final anunciado: acusado de loco y ladrón termina 7 días en la comisaría de la ciudad.
Por sus cualidades de buen timbero, entre partida y partida hace buenas migas con el oficial de turno. Así la tarde del 5° día de encierro se escurre a hacer justicia: llega al barrio “el parque”, golpea la puerta de la gigantesca casa del presidente de la S.R.A. y cuando éste abre la puerta le engrampa una buena piña de callado. Antes de que "el Dr." vuelva a reincorporarse y a abrir los ojos, el Gringo estaba ganando de nuevo al truco en el calabozo.
El campo es nacional y popular.
PD: de la Cra. V, que nos mandó esta historia como respuesta a nuestra efemérides del día de la militancia, y se lo dedicó a su viejo, el Gringo.
7 comentarios /:
bello
O sea que: ¿Puede leerse la historia reciente como una interna mercedina?
Che zurditos, ahora llaman a Rico para que los ayude a general algún votito. Jajaja... esas son convicciones firmes. VIVA PERÓN ! FUERA ZURDOS !
El tío (Hector Jose Campora, NACIDO EN LA CIUDAD DE MERCEDES Bs.As., el 26 de marzo de 1909) desde las alturas se enorgullece de Los Autores, que haciendo uso de su leal federalismo, cuentan historias de su ciudad natal.
PD: el gringo se emocionó !!
abrazos
MARTIN HAYET,DNI 12.596.717
PROFESOR, IUNA(INSTITUTO UNIVERSITARIO DE ARTE),COMPAÑERO PERONISTA.
Agregados en la lista de mercedinos celebres?
ya vamos a comer esos pollos ...
en el parque!
El fuego lo hago yo con el parquet de la casa de Asesino Cesar!!!!!
Heee!!!jajajaja ya lo metieron al glorioso Pirilo
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