11/8/07
300 por 150.000, no va a quedar ninguno!
Un día como hoy pero de 480 a.C. se produce la Batalla de las Termópilas, en las que un grupo reducido de 300 espartanos se enfrentan a 150.000 guerreros del Imperio Persa. La batalla será recordada como un ejemplo de sacrificio por los ideales y como un triunfo aun en la derrota. Los 300 espartanos que -naturalmente- eran peronistas de Perón, inspiraron con su bravura y coraje, a las futuras generaciones de espartanos peronistas. Dos mil trescientos cuarenta y seis años más tarde otro grupo reducido de peronistas espartanos decide sublevarse ante el Imperio y la injusticia. Al mando del General Valle, conocen su inferioridad numérica pero confían en su causa, que es la causa del pueblo. El resultado es de 31 peronistas muertos pero también un ejemplo de patriotismo, una carta y una historieta peronista que inspiraría a Frank Miller para hacerse famoso y millonario.
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5 comentarios /:
Ay síííí, a mi me gustan las cintas en cinemascope de gladiadores musculosos como Victor Mature que hacen de romanos o griegos peleando con los persas polifemos...o algo parecido. A veces "Papi" me dice que tanto cine me va a ser mal, pero yo creo que es de envidia a los músculos que tiene Victor Mature, porque "Papi" está un poco gordito. Ha, chicos me olvidaba decirles que también tengo una carpeta con la foto de James Dean que dice "James Dean gentileza Universal Studios 1955" ¿No es genial, chicos?
..."No defendemos la causa de ningún hombre ni de ningún partido"...
También dijo: "buscábamos la justicia y la libertad del 95 por ciento de los argentinos, amordazados, sin prensa, sin partido político, sin garantías constitucionales, sin derecho obrero, sin nada."
Tiene razón la gurisa, mejor vayan al cine y dejense de pavadas de política y de historias viejas. Hay que amarse más.
Ya es hora de hablar en joda/serio/joda. No importa la edad, el estado civil, la carga horaria; aun a los hombres inteligentes, maduros, con experiencia, les puede pasar. Y debo admitirlo, también a mí, un cazador avezado y sigiloso, curtido en mil batallas, que mal que les pese a los unos y a los otros, sabe de qué viene la cosa. Estoy enamorado. Locamente. Y no fue un flechazo, ni un arrebato juvenil y mucho menos un deslumbramiento a primera vista. Mi amor nació de a poco, con el correr de los años y, casi sin quererlo, fui descubriendo las virtudes de la mujer que me robó el corazón. Paciente, sensible, alegre, buena cocinera, sexy, comprometida. ¿Qué más se puede pedir? ¿Que sea tolerante? Sí, claro, pero también lo es, si no cómo sobreviviría a las tareas del hogar, las travesuras de los chicos, la presión del trabajo y, lo peor de todo, las exigencias que el mundo de hoy impone a las mujeres: éxito, belleza, independencia. No hay forma. O quizás sí. Una melodía de los Beatles, seguramente “Octopus’s Garden” de Ringo Starr, la relaje. Otro punto a favor. Porque si no se ama a los Beatles, y ella los ama profundamente, no hay esperanza. Y hay esperanza, pese a que la competencia es feroz. Sus encantos, apenas realzados artificialmente, saltan a la vista. El color de su pelo, la elegancia al vestir, la mirada vivaz no pasan inadvertidos y los pretendientes se multiplican a su alrededor. Pero, yo lo sé, acaso mejor que nadie, que es mujer de un solo hombre. Y eso, aunque no me alienta a seguir adelante, al menos me tranquiliza. Porque para dar pelea, aunque no les guste a los “300” héroes del Rey Leónidas, o las "31" del frustado presidente provisional (léase dictador militar que derroca a otro dictador militar) Homero Valle, padre que transforma con sus dislates fragorísticos a su Susanita en una "Burt" dipsómana irrecuperable, siempre es mejor que las fuerzas sean parejas. Nada de “yo contra el mundo”, es una estupidez. Y eso que, como es bien sabido, tanto en la guerra como en el amor, todo vale. Hasta gritar el amor a los cuatro vientos. Y yo, quiero que lo sepan, estoy enamorado de Marge Simpson.
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