Si bien Camus había nacido en Argelia, por esas cosas del colonialismo se hizo conocido como un novelista francés luego de que Francia invadiera y colonizara su país. Algo de eso hay en su novela “El extranjero” que se suma a la saga de lecturas peronisto-veraniegas.
Para todos los que se sienten “extranjeros” en su propia patria por bodoques mentales que también prometían que “Va a estar bueno Argelia”, va de regalo esta novelita cortita pero profundamente humanista…
“El Extranjero”, de Albert Camus.
De yapa, y gracias al manejo discrecional de los fondos en un año electoral, va este tema de The Cure, inspirado en una parte de la novela...
8 comentarios /:
Si lo habré leído. Un grande, de verdad.
El decía que escribía parado porque se sentía un trabajador como cualquier otro y así pretendía ponerse a la altura de un laburante.
Por fin volvieron estos posteos bien peronachos.
Genial. Recuerdo, una frase en la que sentencia: ´´no tengo tiempo para interesarme en lo que no me interesa¨ Existencialismo peronista puro, al constestarle a un cura pelotudo que como casi todo hombre con sotana, quería salvarle la vida matandole las convicciones.
Compañeros/as: Que el 2011 nos encuentre Unidos como dijo el Viejo!
P
V
me estalló la cabeza en el bondi cuando lo leí, allá por ... puf
Lo compré para regalarlo en las fiestas. Pero fue quedando, no sabía que estaba tan bueno, encima con tinte peroncho. Ahora, se queda en mi biblioteca.
Beso
Euge
Camus Vive!
C
V
Excelente. Para mi es una novela que habla un poco de vivir en la practica bajo la conciencia del absurdo y los riesgos, si se los considera como tales, a los que lo lleva.
Recomiendo mucho seguir con el autor en El Miti de Sisifo...:
"... Y llevando hasta su término esta lógica absurda, debo reconocer que esta lucha
supone la ausencia total de esperanza (que nada tiene que ver con la desesperación),
el rechazo continuo (que no se debe confundir con la renunciación) y la
insatisfacción consciente (que no se debería confundir tampoco con la inquietud
juvenil). Todo lo que destruye, escamotea o sutiliza estas exigencias (y en primer
lugar el consentimiento que destruye el divorcio) arruina lo absurdo y desvaloriza la
actitud que se puede proponer entonces. Lo absurdo no tiene sentido sino en la
medida en que no se lo consiente..."
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