Un mensaje a los Kirchner

Un día como hoy pero en los últimos 4 o 5 días el discurso periodístico se viene acomodando como puede a la estrepitosa implosión de la burbuja mediática, a causa de la contundencia indiscutible de la participación popular en los festejos del Bicentenario. Los editorialistas, tituladores y escritores de copetes se esfuerzan en dejar claron un mensaje: los millones que fueron al festejo no votarán a los Kirchner.

Jazmín de Gracia, gran constructora del discurso opositor, lo dijo muy claramente en twitter el otro día, enojada porque los Kirchner se apropian de los festejos: "Es mas fue un acto de union que le demostro a toda la clase polit que estamos hartos de divisiones q paralizan al pais!", agregó.


Esta construcción maravillosa esta destinada a invertir el efecto que los festejos han tenido en la percepción de la sociedad, a partir de la articulación de dos premisas geniales, a saber:

1. La gente que fue a festejar no está a favor de los Kirchner; y, en consecuencia,

2. La gente que fue lo hizo para manifester, de algún modo, que está en contra de los Kirchner.

Como toda gran construcción ficticia, si esta bien hecha (por lo menos desde lo conceptual), permite infinitas derivaciones. Veamos una de las mejores que dio esta, la de Pepe Eliaschev.

Pepe escribió la famosa editorial más gorila del año, que han sabido rescatar varios blogs. El famoso "aluvión zoológico" es una caricia al lado de las cosas que dice Pepe. La editorial ha sabido ser conceptualizada como el resultado de la pluma de un reverendo hijo de puta. En su entrega posterior, el exige que se le respete su derecho a ser caraculico. El lector avezado sabe que debe reemplazar el calificativo posterior (el que eligió Pepe) por el que le hemos dado nosotros. Pepe también lo sabe, pero no puede escribir que lo dejen ser un hijo de puta en paz, está claro.

Lo que dice Jazmín, lo que dicen los otros que escriben boludeces, la arrogancia que implica interpretar el sentimiento de seis millones de personas, es otro pifie más. Propio de gente que no estuvo ahí. Nosotros, los descerebrados kk, no nos jactamos de nada: todavía estamos pensando que pasó. Por eso nos va a ir bien.