Quedan por lo tanto inauguradas en este mismo instante las "Jornadas Blogueras de Intercambio Promiscuo por el Bicentenario de la Patria".
Dad a Perón lo que es de Perón
por ¡Burbujas con Detergente!
Un día como hoy pero hace ciento veinte años y tres días, el Papa León XIII manifiesta públicamente su adhesión a las bases doctrinarias del peronismo, en especial a una de sus verdades: "el justicialismo realiza la justicia social". A través de la encíclica social Rerum Novarum, la Iglesia Católica, haciendo uso de su comunicación con Dios para preveer la pronta llegada del peronismo, decide encuadrar a la milenaria organización religiosa dentro de los margenes del todavía no creado justicialismo.
Los guiños con el peronismo de la encíclica social son tan evidentes que la burocracia papal le pidió a León XIII que no firme la carta con un Perón Vuelve (no sólo por motivos ideológicos sino porque el propio Perón había tenido la delicadeza de, todavía, no haber nacido). Tal fue la necesidad del Papa de adherir al peronismo en 1891 que plagió la Constitución de 1949: "si el obrero, obligado por la necesidad o acosado por el miedo de un mal mayor, acepta, aun no queriéndola, una condición más dura, porque la imponen el patrono o el empresario, esto es ciertamente soportar una violencia, contra la cual reclama la justicia", se leía en la encíclica. Luego -luego en términos de paso terrenal del tiempo, porque resulta harto evidente la influencia de Perón en el encíclica de 1891- sería la gloriosa Constitución del ´49 la que declamaría que el capital debía estar al servicio de la economía nacional y tener como principal objeto el bienestar social. El mensaje del Papa de 1891 no hacía sino referenciar el accionar de Juan Domingo Perón al frente de la Secretaría de Trabajo, cuando mencionaba al respecto: "se buscará otro medio que salvaguarde, como es justo, los derechos de los obreros, interviniendo, si las circunstancias lo pidieren, la autoridad pública", en clara sintonía y casi copypasteado de la definición de Perón sobre la Secretaría: "un organismo mediante el cual el Estado va en defensa de los derechos de las masas sufridas y laboristas".
Desbocado, el Papa decidió adelantar directamente el programa de gobierno del Justicialismo: "si el obrero percibe un salario lo suficientemente amplio para sustentarse a sí mismo, a su mujer y a sus hijos, se inclinará fácilmente al ahorro y hará lo que parece aconsejar la misma naturaleza: reducir gastos, al objeto de que quede algo con que ir constituyendo un pequeño patrimonio. (...) Por ello, las leyes deben favorecer este derecho y proveer a que la mayor parte de la masa obrera tenga algo en propiedad". Vacaciones pagas (Establézcase en general que se dé a los obreros todo el reposo necesario para que recuperen las energías consumidas en el trabajo, dice la Encíclica), estatutos de trabajo (como el del peón rural), salario mínimo (tengan presente los ricos y los patronos que oprimir para su lucro a los necesitados y a los desvalidos y buscar su ganancia en la pobreza ajena no lo permiten ni las leyes divinas ni las humanas, asegura León XIII), convenios de trabajo y mejora en las jubilaciones, establecidos por leyes y acuerdos, le dieron la institucionalidad que requería el justicialismo, revisado por Perón, de León XII.
Pero todas estas conquistas no pudieron haberse llevado adelante sin el accionar de un actor clave: el sindicato. La relación entre sindicalismo y peronismo ha sido ya estudiada por grandes pensadores y no es mi intención repetirla. Mas sí debemos resaltar el moyanismo cegetista de León XII, en busca de que reine en el pueblo el amor y la igualdad. Dijo León: "es grato encontrarse con que constantemente se están constituyendo asociaciones de este género, de obreros solamente o mixtas de las dos clases; es de desear que crezcan en número y eficiencia. Y, aunque hemos hablado más de una vez de ellas, Nos sentimos agrado en manifestar aquí que son muy convenientes y que las asiste pleno derecho, así como hablar sobre su reglamentación y cometido". Pasando posteriormente a definir los objetivos de la Confederación General del Trabajo: "constituir y gobernar de tal modo que proporcionen los medios más idóneos y convenientes para el fin que se proponen, consistente en que cada miembro de la sociedad consiga, en la medida de lo posible, un aumento de los bienes del cuerpo, del alma y de la familia".
Reivindicado el sindicalismo, León quiso dar un salto más allá de un movimiento que no había nacido biológicamente pero que ya dirigía los destinos, no sólo de la Patria, sino del pueblo trabajador del mundo. La polémica surgió cuando León XIII intentó firmar la encíclica social con una frase que rezaba: "borón bom bom, borón bom bom, los sindicatos, son de Perón", y la burocracia gorila de la Iglesia Católica lo frenó a tiempo. León quiso negociar con la frase: "dad a Dios lo que es de Dios y a Perón lo que es de Perón", y tampoco fue aprobado.
Desde aquí, rescatamos el último intento de León XIII por manifestar públicamente su peronismo ortodoxo.
Dad a Dios lo que es de Dios
y dad al obrero lo que es del obrero.
Amén. Perón.
y dad al obrero lo que es del obrero.
Amén. Perón.
4 comentarios /:
qué pasó con el concurso de lost?
termine de llenar el albun de dragon ball, donde lo presento?
PV: PAPA VUELVE
Sublime. Definitivamente hay que canonizar a Tomás.
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