El backstage del Bicentenario (versión clarinesca)

Un día como hoy publicamos esta editorial en el Ni a Palos:

Como no podía ser de otra manera, la banda descontrolada y parrandera de Ni a Palos se sumó a los más de 6 millones de compatriotas que pulularon festivamente durante los cuatro maravillosos días que duró el convite. Nuestro reporteros más avezados se inmiscuyeron entre la muchedumbre hasta llegar a altos y encumbradísimos funcionarios y organizadores que, a fuerza de tirarles un poco la lengua, largaron los secretos más recelosamente resguardados sobre todo lo que allí sucedió. Este es el resultado de  nuestra rigurosa investigación.

Interna Furiosa. Julio De Vido y Lino Barañao, los ministros más poderosos del Gobierno, se trenzaron en una descarnada competencia: quién armaba el mejor stand. Los que acostumbran frecuentar al omnipotente Ministro de Ciencia y Tecnología despotricaban porque su stand tenía menos ciencia y menos tecnología que el del Ministerio de Planificación Federal. Del otro lado, la troupe cercana a De Vido desmintió que hubiese habido alguna intencionalidad en tal circunstancia, aunque todos sabemos cómo viene la mano. 

Dinosaurio. Miles de niños disfrutaron de la presencia de ese amigo lejano llamado Argentinosaurio que supo habitar nuestra patagonia. Muchos especularon al respecto de si el falso animal estaba mecanizado o comandado por algún humano. El rumor que circulaba entre los más confiables hombres del encargado de la organización del stand de la provincia de Neuquén revelaba que quien vestía los paleontológicos ropajes era el mismísimo Jorge Sobich. "Es la única manera que le queda para poder salir a la calle"aclaró un acólito del riñón o de la vesícula del ex-gobernador.

Bi-Te Deum del Bi-centenario. El Te Deum se partió en dos en los festejos. Uno, el oficial, realizado en la Basílica de Luján, recibió a una multitud de personas. El otro, opositor, realizado en la Catedral Metropolitana, reunió a los representantes de las fuerzas más conservadoras y retrógradas del país, que se congregaron a preocuparse, como lo hacen una vez cada cien años, por la pobreza y la miseria. Un monaguillo que se para cerquita de Bergoglio en misa afirmó, al  ser consultado por este suplemento acerca de porqué el Cardenal no asistió al otro Te Deum, que lo oyó decir "Dios es argentino, pero atiende en Buenos Aires". Federalismo del siglo XXI, cristiano, peronista y disidente.

Abrazo partido. Mucha impresión causó en el mundo periodístico opositor el abrazo entre Federico Pinedo y el polémico secretarioGuillermo Moreno en la cena oficial de la Presidenta, al punto tal que el gesto amistoso le valió el reto de algunos periodistas y compañeros partidarios. Para defenderlo, un asesor muy, pero muy cercano -casi molesto de tan pegajoso- al diputado insinuó que el objetivo inicial del abrazo era pegarle a Moreno un post-it en la espalda con un mensaje en joda para mofarse de él pero se tuvo que ir al mazo ante la advertencia amenazante y crispada que el polémico secretario le hizo al oído apenas lo tuvo entre sus brazos:"tu flan me lo como yo, papi" le habría dicho en referencia a la cena de honor que compartirían minutos después en la Casa Rosada.

Un gato en el tejado (del Colón). Entre la farándula y las celebridades que asistieron a la gala que organizó Mauricio en el centenario teatro porteño, estaba un deportista que pasó sumamente desapercibido. Fue el mismísimo Gato Gaudio quien, apenas comenzada la gala, se levantó de su butaca y no volvió más. Un encumbradísimo cuidador del baño del teatro contó que lo oyó golpearse la cabeza contra la tapa de un inodoro al grito de "¡qué mal que la estoy pasando! ¡Qué carajo hago acá, me quiero ir a mi casa! ¡Qué terrible que es la vida!".

 

El Bicentenario en números. 200/los años que cumplimos. 6.000.000/la cantidad de personas estimada. 15.000/participantes en distintos desfiles. 6.000/visitantes diarios en cada uno de los stands del Paseo. 8/los presidentes extranjeros en la celebración: vinieron ellos porque nosotros estamos aislados del mundo. 20.000/ los metros de vallados. 1/los CEO's de Clarín que insistieron durante días en que iba a haber mal tiempo, no se iba a poder llegar por el tránsito y que iba a salir todo mal pero que después aparecieron en los festejos. 20/ los políticos opositores que dicen que la gente fue a festejar a la 9 de Julio para darle un contundente mensaje de advertencia al Gobierno. 0/los políticos oficialistas que afirmaron lo contrario. 2/ los políticos kirchneristas que ocuparon u ocupan el más alto cargo del Ejecutivo que la pasaron bien, bailaron un poco, tiraron espuma a la comparsa y ahora deben estar muy contentos porque la fiesta del Bicentenario salió casi tan buena como la del Aniversario de Ni a Palos.

Nuestra conclusión (que no es una conclusión). Las grandes movilizaciones como estas no tienen muchos precedentes en nuestra historia. Si bien las hubo, la mayoría de las veces fueron motivadas por situaciones trágicas o jodidas. Que la gente salga solamente a festejar y tan masivamente es totalmente inédito. Hay que ganar un mundial, ponele. Pero así como se dió, tan sorpresivamente, sin que pasara un acontecimiento puntual más allá de un número redondo, múltiplo de 10, es fantásticamente raro. Algo nuevo apareció, lo sabemos. Lo que no sabemos es qué. Pero el resultado fue fabuloso. Lo cierto es que el clima de constante crispación de la sociedad, el malestar habitual, el odio hacia el gobierno, el miedo que tiene la gente, etc, todos esos inventos, quedaron atrás. Nos esperan meses mejores que los que pasamos este año, porque ahora estamos seguros de algo que desde Ni a Palos siempre sospechamos: somos un pueblo lindo, optimista, que quiere ser feliz. ¡Que viva la patria!