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29/11/07

Metronista

Un día como hoy pero de 1799 se aprueba e impone por ley en Francia la nueva unidad fundamental de medida llamada metro. Posteriormente, se va adoptando en gran parte del mundo como método convencional para medir al espacio. Los franchutes arman un par de comisiones de esas que son excepción a la regla del General, porque hacen. Así, empezaron a buscarle explicaciones cientificas al metro: la distancia que recorre la luz en 1/299 792 458 segundos, o como 1.650.763,73 oscilaciones en el vacío de onda de la radiación emitida por el salto cuántico entre 2p10 y 5d5 de un átomo de kriptón, o como la distancia recorrida por un péndulo determinado que tiene un hemiperíodo de un segundo. Después hicieron un metro de platino (El Metro) y lo guardaron en una tal Oficina de Pesos y Medidas. Mientras tanto, los yanquis se apegaron a su "sistema", y no adhieren a la convención metrica. La escuela cipaya y mitrista de nuestro querido país adhiere inmediatamente al sistema francés, porque hacia juego con la arquitectura de Barrio Norte.

El peronismo -que todo lo mueve y nunca da puntada sin hilo y es omnipresente y es inmortal y es bueno- tuvo que decir al respecto del Metro Francés. La Tercera Posición implicaba poner en duda cualquier "verdad" vertida desde los centros imperiales. Jauretche ya había encargado el mapamundi con el País Real en el centro del mundo, y todo se ponía en duda. En 1947 se realiza el Primer Congreso Nacional y Popular de Pesos, Medidas y Afines, en Aldo Bonzi, Provincia de Buenos Aires, con la presencia de representantes de todo el país, pertenecientes a las Tres Ramas del Movimiento Nacional Justicialista. La durisima discusión al respecto del patrón de medida que nos permitiría la sustitución de importaciones de cintas metricas duró cuatro días. Se recuerdan las palabras de un jovencísimo Kunkel, casi recién nacido, cuyo discurso concluía así: "El imperialismo nos esta metiendo el buzón. Nosotros estamos midiendo nuestras exportaciones con un metrito que tienen ellos allá encanutado. ¿Cómo sabemos nosotros cuán largo es ese metro? ¿Cómo sabemos cuanto mide lo que exportamos, y si el valor/metro que cobramos es verdaderamente un metro o un metro cuarenta? ¿Cómo sabemos si nos cobraron lo que valían verdaderamente los cuatro mil kilometros de líneas ferreas que acabamos de expropiar? Nos estan haciendo medir nuestro país, nuestra realidad, con un metro cipayo y vendepatria."

Se resuelve cambiar a un sistema métrico Justo, Libre y Soberano. Las propuestas varían: la UOCRA propone que el metro sea igual a la distancia recorrida por una alpargata en un nanosegundo, el IAPI propone que el metro sea el equivalente al tamaño del burako que le estan haciendo en el tuje al campo, la rama femenina se empecina en que el metro equivalga a la longitud del rodete de Eva desenredado en un día sin humedad. La cosa se pone tensa.

A las nueve de la noche del quinto día llega el General y sanja la cuestión: el metro Argentino equivale a la longitud del organo reproductor de Lorenzo Miguel, en estado erecto, multiplicado por cuatro y dividido por el resultado que arroja la sustracción entre el porcentaje que saque el peronismo en la próxima elección y el diámetro de la zapan de Cooke. El resultado es un metro arbitrario, descomunal, argentino y peronista. La voluntad del Conductor es respetada. Posteriormente, la Libertadora borraría de un plumazo esa decisión soberana, popular y democrática.

2 comentarios /:

Faco dijo...

Me cagué de risa. El país necesita más gente como ustedes y viva Perón, carajo.

Un Día Peronista dijo...

¿Le parece? ¿Para qué?